26/9/08

HISTORIA DE LA CAVIDAD SERPIENTE


Una vez un gusano se acercó a mí y me narró algo profundamente maravilloso: “las serpientes son diosas de culto milenario, mi raza les teme y admira. Ellas pueden deslizarse por el mundo entero sin detenerles nada. Solamente le han temido a la ruda lanza de Apolo, y no comen piedras, puesto ellas son sus aliadas y escudos contra el implacable ataque solar. Fuera de eso, lo devoran todo, su cavidad es infinita…”. Desde aquel momento me volví un gran devoto, ellas se acercan a mi boca fría de piedra y entran sigilosamente. Indudablemente, la fría cavidad que soy, se ha sentido honrada.





Luis Vega Zárate

TEXTÍCULO DEL CRISTO INTERCESOR


Le dijo Dimas a Gestas: -¡Quítate porque apestas!
Y Gestas le dijo a Dimas: -Si apesto ¿pa'qué te arrimas?



Danner González-Bravo

25/9/08

APOLOGÉTICA DE GESTAS


La sentencia ejecutoria nos condenaba a mí, a Dimas y a ti.

Siempre te seguí de lejos, al pie de los cerros, detrás de las piedras, a las puertas de las gólgotas, a las orillas de los ríos.
En Cafarnaúm, Genesaret, Jericó, Judá y Galilea, siempre lejos, siempre oculto.

Aquella tarde en la hora sexta, cuando los lamentos del mundo sonaban como tempestad en nuestros oídos y las tinieblas nos vestían de túnicas oscuras, yo dije: ¡Sí... eres Dios!
¡Sálvanos a nosotros y sálvate a ti mismo!".

Tú... guardaste silencio.





Daniel Rincón

24/9/08

LLEGAR A ÍTACA


Hace ya seis soles que mis pies tocaron nuevamente las arenas de éstas mis playas. Maldigo el momento en que la nostalgia me hizo encontrar el camino correcto.

Mi único vástago hace apenas unos dias cumplió quince años.
Ha decidido ser dicípulo y amante del anciano maricotas, Aristófones de Rodas.

Se han acabado mis riquezas y mi vino...
Y tú Penélope, hoy me has confesado que cogiste con Valerio Catulo.
"Sólo fue una vez y estaba muy borracha", dijiste.

¿Por qué Circe no me convertiste en puerco o en piedra?
Para nunca haber pisado nuevamente éstas mis playas.






Daniel Rincón

23/9/08

CONVOCATORIA




En cien palabras cabe mucho y de todo. El reto es escribirlo. Se convoca a las jóvenes plumas a incursionar en este género literario: el microrrelato. Para invitar a su vez a los lectores a que compartan esta experiencia. El objetivo es propiciar lecturas de cien palabras que nos hagan sentir.

EL BRINDIS


-Foto, foto, foto- corren con lo que les queda de tequila en ese vaso de plástico, otros persiguen chicas que se acomodan en el sofá, para Mario esto no fue muy agradable, apenas había tomado valor para acercarse a Nidia, pero decidió ser tremendo esa noche e ir junto con la bola a la foto. Mario grita, intenta sentarse, le ganan el lugar, Nidia se sienta y abre su blusa, coquetamente lanza un beso, Mario se sienta entre las piernas de Nidia, sus compañeros se sientan donde él, lo obligan a pararse, lo empujan, lo ignoran, Mario se quita de ahí, no lo puede creer –toda la noche me han ignorado, que les pasa- un fuerte silenció cae, Nidia levanta su vaso de plástico –Por ti, mi Mario-, los vasos de los demás comienzan a subir –foto, foto- Mario se da la vuelta enojado, sobre un altar ve una foto suya que tiene una vela encendida y una flor marchita.




Aarón I. Campos

22/9/08

CRECIENDO


- ¡Niña!

Alicia se levanta de un brinco, suelta a Barbie que cae sobre una maceta, se sacude el vestido y sale corriendo alejándose del jardín.

- Lávate las manitas.

Alicia obedece y luego va a comer sopa, lo hace rápidamente para seguir jugando. La anciana se sienta a su lado, no come, la acompaña.

- Prueba si el agua está bien de azúcar.

La niña bebe y sonríe. Su abuela sirve una pieza de pollo frito y la pone frente a Alicia. Ella deja la sopa y empieza con el pollo, rápido porque se empieza a nublar y Barbie sigue afuera. No termina porque se siente llena; su abuela ríe al verla chapeada, la besa y la deja ir.

Alicia despierta con la sensación de las manos de su abuela en las mejillas. Mira a su alrededor; todo es diferente, su habitación, su cuerpo, su tiempo. Nadie la acompañará ese día.




Maggie Rockdriguez

19/9/08

BIRMANIA LA MEMORIOSA


A todo le pone nombre. Todo lo suyo lo nombra. Así no es suyo, sino es. Empezó con los juguetes, claro -las mascotas bautizadas no faltaron en la infancia-, luego los detalles, que la estufa se llama Fraga, que Libélula, la laptop. Las cinco puertas de Tren de Viento -su casa-, tienen nombre, Abraxas, Etemenanki, Ollintonatiu, Dvara, Shinryu. Cuando le diagnosticaron la enfermedad del olvido buscó a Birmania, una diminuta muñeca que un Shibalba -sentimiento que nombró así-, le había obsequiado y le ató a Grilo -su única memoria USB-, y redactó la más larga lista de correspondencias. Comprobó que de todotodo todavía se acordaba. No quiso imprimir la lista y pegarle a cada cosa su nombre, para no extrañar a los ojos cuando no supieran ni que leían ni que nombraban. Sólo, de vez en vez, me molesta y me pide que le guarde un nuevo bautizo: eso que ves allí, dile a Birmania la memoriosa, que para mí, de nombrarlo lo llamaría…





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UN CRIMEN


Después de la precisa y por tanto fatal estocada, no sin cierta dificultad desmembró con el enclenque cuchillo el c/u/e/r/p/o yacente. La dispersión de la evidencia, se dijo, ocultaría o cuando menos haría irrastreable el crimen. A la c y la u, dada su leve semejanza, las separó en puntos extremos para maximizar la confusión. Con la e y la r se ahorró el trabajo: juntas no tenían temporalidad que las delatara. Como la víctima era ya de antes irremediablemente coja, no tuvo problemas para ocultar la p entre la multitud de la madrugada. La o, irónicamente, la arrojó en un profundo hoyo que improvisó a punta y hoja de metal, y que ni siquiera se molestó en cubrir. Llegó a su casa con los primeros matices del alba. El saludo cordial del vecino al subir la escalera le hizo confiar en que su prevención lo había exonerado. Entró a su habitación, al baño, y lo que no pudo hacer fue diluir el texto en el chorro de agua que caía y caía sobre sus manos.





Aldebarán Toledo

17/9/08

LAS NUEVAS ESTADÍSTICAS


Le tocó parada. Con la derecha se sostenía del tubo de un asiento, el resto del cuerpo era cobijado por los otros pasajeros. Sentía los empujones y el sudor de todos. Se le hacía tarde, miró su muñeca y su reloj no estaba. Un carterista astuto acababa de hacer de las suyas. No estaba dispuesta a ser una más de las estadísticas. Afiló la mirada, uno de ellos debía ser. El sospechoso, el joven flaco malandro de su derecha. Sacó su lima de metal, discreta le susurró, firme, mientras enterraba en las costillas del tipo la lima, pon mi reloj en la bolsa. Contenta comprobó que la obedecían. Se sentía fuerte. En su bolsa llevaba la victoria. Caminó a casa cual pavo real. Al entrar palideció. En la mesita de la entrada su reloj. Acababa de contribuir a las estadísticas.





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15/9/08

TEXTÍCULO DE COYUNTURA


En este país más que temas urgentes, hay pendejos con prisa, concluyó. Cerró el Marco Jurídico del Congreso y pidió a la Secretaria un asiento en el próximo vuelo a las Islas Fidji. Nadie volvió a verlo.




Danner González-Bravo

TEXTÍCULO FILÁNTROPO



Era un escritor tan bueno y misericordioso que dedicó su vida a escribir copiosos libros sólo para que los críticos tuvieran algo que analizar y no murieran de tristeza y de grisura.






Danner González-Bravo

TEXTÍCULO DEL BANDIDO HUMANITARIO


Érase una vez un ladrón tan decente que el día en que aquella familia de la calle catorce dejó pegada la llave a la puerta, tuvo la atención de sustraerla, hacer un duplicado para la ocasión y devolverla al ojo de la cerradura para no perturbar de más a la señora.



Danner González-Bravo

[SIN TÍTULO]


Estamos perdidos en un laberinto
La G R A N S A L A en donde ahora nos hallamos pero en donde no todo comienza se trifurca\l/El camino de la derecha/nos conduce por estrechos largos e intrincados corredores que parecen descender y obviamente repetirse estrechos largos e intrincados a pesar de que sabemos que es uno sólo que desciende no obstante da la impresión de ser varios estrechos largos e intrincados que se repiten estrechos largos e intrincados y al cabo del hartazgo del absurdo nos devuelven a La G R A N S A L A en donde ahora nos hallamos pero en donde no todo comienza se trifurca\l/El camino del centro[en realidad está cerrado] La G R A N S A L A en donde ahora nos hallamos pero en donde no todo comienza se trifurca\l/El camino de la izquierda\es corto y lleva al comienzo Estamos perdidos en un laberinto



Aldebarán Toledo

11/9/08

NOSTALGIA INALCANZABLE


Esa mañana amaneció con la certeza absoluta de cómo destilar la nostalgia. La guardó en un frasquito y se dio cuenta de su escaso valor comercial. No era nada atractivo ir por la vida oliendo a recuerdos anhelados. Pero una clínica que te destilara de ellos era otro cantar. Sobre todo si lograba promover su teoría de que, sin nostalgia, uno rejuvenece. Pronto se llenó de clientas frecuentes que añoraban un rostro y un cuerpo que nunca habían tenido. Materia totalmente apartada de la melancolía. Fue así que descubrió que a falta de extrañar el pasado, uno empieza a extrañar un futuro inalcanzable.

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CAFETERÍA


Pido un café americano
en el modesto local de siempre.
Quien me acompaña habla.
El mesero deja la taza en la mesa.
Miro en el líquido un reflejo
soplo
el aroma es encantador
como un libro infinito de Borges
bailan inquietas luces en la oscuridad
nadan
errantes
fragmentos de sol
en la sustancia
soplo
Morandi pintaba bodegones
sí pero también algo más
soplo
juego a dividir en dos remolinos
la lánguida espuma
Moisés no pisó la tierra prometida
no pero quizá algo más
soplo
caen el polvo y el tiempo
acumulándose
flotando
en la superficie
soplo
la mañana entera y buena
tiembla
y el olor es agradable
El mesero deja el plato en la mesa.
“Y, pues, no sé…”, dice
quien me acompaña.
Los automóviles se han detenido
por el rojo del semáforo.

Aldebarán Toledo

HÉCTOR AQUILES DICE:


Hoy me encontré negando al mundo desde mi almohada, convencido de que fui muy débil al dejarme seducir por el telefilme que me tuvo despierto hasta muy tarde. El agua caliente enjuagó mi pereza y sin darme cuenta estaba ya en camino a desayunar lo que el refrigerador me tuviera reservado. Con algunas complicaciones resolví la tarea que no me dejó hacer la película palomera. La clase no trajo nada nuevo, placebo que me causa saberme el mejor de un grupo que aún no entiendo cómo llegó a ese nivel. Antes de hundirme en esta silla que me somete a la rutina de estar frente a una computadora 10 horas diarias, te veo entrar al MSN y me sorprendo ansioso por complacerte, espejo de mis deseos, a escribir sobre lo cotidiano de una mañana que podría ser la de un millón de personas.



Héctor Aquiles

EL SEGUNDO PASAJERO


Dije antes que viajar en un pesero permite enfrentar – y vencer, al menos en apariencia – la impersonalidad de la calle por medio de la observación; esto no quiere decir en absoluto que proteja contras la soledad, o la desolación. Están allí, y el acto de observarlas atentamente hace que uno participe activamente de ellas, si bien con un espíritu más vivo, más cercano por el simple hecho de prestar atención. Si no hubiera este espíritu, simplemente pasaríamos en medio de la neblina sin ser afectados. Y en el preciso momento de escribir estas líneas se me ocurre que el dolor no es otra cosa que esto: La vida y la atención, enfrentadas a la infinita masa sin sentido.



J. C. Álvarez

LA CIUDAD RODANTE


Después de mucho meditar, el alcalde de la ciudad con ruedas concluyó que aquellos cinco tornados podrían convertirse en un problema para su población, así que decidió que la maquinaria citadina avanzara en dirección opuesta a las amenazas; mientras avanzaban, muchas personas ajenas a la urbe corrían por caminos diversos procurando sus vidas, inmediatamente el alcalde en base en las buenas costumbres y estatutos religiosos, ordenó que fuesen subidas a bordo; sin control alguno no tardaron en ser más los rescatados que los habitantes, estos se vieron desplazados al punto de tener que bajarse de su peculiar ciudad. La máquina desapareció en el horizonte con los nuevos inquilinos, mientras los citadinos eran engullidos por los trompos de viento. De este modo literal, vieron materializarse la promesa de su alcalde al concederles el cielo por llevar a cabo sus ordenanzas.




Iván Flores

10/9/08

DESEO


– ¿Por qué tiene que ser así siempre?- con voz dulce contempla un pequeño estanque Sandra. Sentada ve su reflejo, suspira. La luna entre nubes, roja como un sol nocturno se mezcla con su imagen.
- Me tienes harto, no sabes lo que daría para que esto cambiara- dice él con rabia.
-¡Ya, no me digas más cosas!; si vienes a repetirme lo mismo, vete- su reflejo la entretiene.
Él se levanta –le vendería…No, le daría mi alma al Diablo para cambiar todo-.
Sube al techo. Abajo, Sandra sentada. -¿Qué hago para que ya estés bien?-
Él siente a Sandra venir, la mira al tiempo que ella lo besa con pasión. Casi se pierde en el beso, un chapoteo se oye a sus espaldas. Cuando voltea, ve a Sandra abajo tirando piedras al estanque. Su rostro se paraliza, aun alcanza a escuchar la voz dulce -¿Me llamaste?-.












Aarón I. Campos

DIÁLOGO CON EL ÁGUILA


: ¿Qué te pasa? Te noto más afligido que de costumbre. Dime, ¿acaso los eones ya te hartaron? : No es eso. Es que he comenzado a sentir pena por ti y por el mar que eternamente me lame las piernas: ¿Pena por nosotros? : Sí, porque tan absurdo como mi mal es el oficio que repites miserablemente. Pues ¿a qué pueden saberte ya mi estómago, mis riñones y mi páncreas? Te digo que no llegará para ti la saciedad, ni el día en que me acabes, ni en el que el mar pruebe de mí bocado alguno : No nos confundas con los hombres. Somos; nada nos hace falta. Date cuenta ya que tu compasión es tu verdadera condena. Mira, ya te regeneras. Ahora debo devorarte las entrañas una vez más, Prometeo.











Aldebarán Toledo

PURIFICACIÓN



Un punto luminoso, rojo y cálido, consume un cigarrillo, desde una boca delgada llena de surcos de tiempo, desprende con los labios apenas separados, una niebla del color de las nubes en verano, el humo asciende en el aire y es tragado por una nube mucho grande y obscura, tan densa, tan sofocante como el aliento de un volcán, sus vapores sólo saben exhalar el olor a muerte, el hombre de medio siglo, que fuma absorto en el silencio de su obra que arde frente a él, carece de un gesto que delate emoción alguna, sus ojos fríos miran el cuerpo sin vida del hombre, cuya juventud aún puede intuirse, rostro que yace bajo la mugre y la sangre seca que lo cubre, rodeado de ramas de diversos tamaños y hojas todavía húmedas, todo es devorado por el fuego, la carne crepita al contacto con las flamas, mientras que el hombre de cincuenta con ropas negras, se aleja de aquel claro en el bosque, rezando en voz baja un Padrenuestro; sus pasos lo llevan a aquella capilla a lo lejos, con el tiempo ajustado, para iniciar la misa de seis.



Iván Flores

SIN TÍTULO C


Mi prima siempre me decía que en lo primero que me fijara, fuera en el cuerpo.
Que entre más rastro haya dejado de que estuvo, más bueno es.
Su fragancia es indispensable, esa combinación entre aroma y sabor. Por supuesto, hay que respetar el gusto de cada quien. A mí me fascina, pero puede que no a cualquiera.
No es lo mismo uno de zona tropical que uno de zona fría.
Sin duda, lo que para mí es más importante, es crear el momento. Indispensable para disfrutar de una buena taza de café.






Sagrario P. Callejas