31/10/08

YAMANI


Ese mes la cuentera se dedicó a titular sus cuentos con palabras tan extrañas como las proparoxítonas. Todos sus títulos fueron un juego de sentido, veracidad y verosimilitud.
Que Toma tomate para la determinación social, que Das Andere para la arquitectura que atrapa, que /\\/ para ser, que Misleva boscosa para dejar de ser, que Sarcoma de Kaposi para los sueños y las sanaciones.
Todo un enredo de palabritas complicadas.
Sin más, decidió titular a este Yamani, para ponerle una palabra a la despedida, y música de flauta y Fuentes de improvisación, si se investiga bien. (Si lees bien).
En si, escribió un capricho y se deshizo de una deuda del alma.
Es maravilloso saber tejer con nada de nada, acaso vacíos, algo así como suéteres que no cubren del frío pero si protegen del olvido. (Escribe mientras se termina el estambre).
Lo que sí, es que, todo lo dulce y sereno, Yamani, es título tanto para decir adiós, como para darte la bienvenida.



/\\/

A LA VISWANATHAN ANAND Vs VLADIMIR KRAMNIK


Ella toma la torre, buena jugada. Él piensa un poco en cambiar de estrategia, mejor va sobre su caballo. Ella, sonríe, como confirmando algo, el alfil cubre. Él confía en sus peones y trata de no mirarlos, mueve su reina. Ella recibe al herido en su mano y lo pone junto al tablero, flanquea con su torre. Él tose un poco para refrescar la garganta, tal vez pronto diga unas palabras, avanza un peón. Y así, mientras la guerra arriba, nadie nota bajo la mesa, como sus pies se encuentran y concilian.




Eva Mondragón

29/10/08

PARA LUNAS, LAS DE OCTUBRE, MES DE LAS BRUJAS



Casi nadie sabe que lo soy y que acostumbro ponerle hechizos a las cosas. Basta a veces con ponerles su verdadero nombre en el reverso para que hagan lo suyo mejor. Pero hay, cierto, muchos sortilegios bastante complicados. No perder los calcetines en la lavadora y que no se apague su color en cinco años, es todo un arte y se requiere gran maestría realizar el encantamiento. Hacer que alguien deje de estornudar requiere cuarenta y cuatro minutos en la mañana de premonición, pero si pensaste en las personas correctas les puedes evitar el asunto durante una semana. Conservar las mermeladas sin refrigeración, en especial la de naranja, demanda muchos ingredientes poco convencionales. Hacer que alguien se enamore, es tan complicado como diseñar una casa de la risa, esas de espejos y juegos ópticos, es invocar una ilusión, y éstas suelen ser tan frágiles como una esfera de navidad en una pista de baile. Por eso te soy sincera y te confieso mi oficio desde ahorita y en mi mes, cuéntalo como mi cumpleaños, cuando caiga llena, pues mi edad, esa si te la dejo debiendo, no te vayas a asustar.


Eva Mondragón

CONVERSACIONES DE RUTINA


Casi pedida de la carta se sirve sobre la mesa una plática de plástico mudo. Parece una falsedad, pero eso sí, una aceptada consensualmente, una de esas que ayudan a simular la silueta de una conversación cuando en realidad no se habla. Así, todos se sienten a salvo con el trasero pegado a la silla y la boca llena. Hay tiempo para bostezar y revisar la última llamada que registra el móvil.
Codo con codo y tan lejos entre sí. Se miran y tal vez piensan: “digamos algo”; pero en general sólo sonríen, son amables. Por fin alguien habla, aunque poco se escuchó lo que dijo. Alguien pronunció: “sueño”, eso es seguro, pero, ¿cómo fue usada la palabra?: ¿como la evasiva perfecta ante una realidad oxidada?, ¿como algún hijo del cansancio?, ¿como nuestra utópica esperanza en el futuro? Nadie aclara el punto.





Gabriel Gutiérrez-Ferri

DIARIAMENTE


Te recargas en el barandal buscando el mejor ángulo. Aparece a unos metros, concentrada en una lectura. “No estudió para hoy”, piensas y tienes razón. A causa del stress ella juega con su cabello, con un movimiento lo suelta. Tu expresión vuelve a cambiar, ahora aprovechas que nadie te pone atención y te desligas de la bola.
Entras, manos en los bolsillos y mirada fija, te abres paso entre las bancas, ella escucha y sonríe cuando le propones hacerle compañía.

- ¿Qué crees que haces?
Esa voz es conocida, ella disimula y sigue en lo suyo. Tu clan acribillándote con la mirada fuera del salón. Olvidabas que ella es socialmente inaceptable.





Maggie Rockdriguez

SARCOMA DE KAPOSI



No te levantas de la mesa hasta que te acabes todo. Arreglas tu cuarto antes de salir. Tiende tu cama todas las mañanas. Lávate las manos después de ir al baño. No te muerdas las uñas ni te comas el pelo en público. Di buenos días cuando entres a alguna habitación con gente. No juegues con la comida. No te metas los dedos a la nariz. Mírame cuando te esté hablando. Ponte el suéter antes de salir. Obedece en todo a las enfermeras. Tómate tus medicinas a la hora. Llámeme cada semana. No te mires en los espejos. Duérmete soñando que todo está bien.


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LA UNA NOCHE


El sultán de Persia desposaba cada noche a una joven y la decapitaba a la mañana siguiente para evitar la infidelidad.
Todas las doncellas escaparon, dejando a las dos hijas del gran visir como únicas candidatas. Éste entregó al rey a la mayor, Scheherezada, quien tenía un plan…
Después de la noche de bodas, la menor entró a la recámara y pidió a su hermana le contara una historia como despedida. Todo iba según el plan.
-Oh, mi señor, le narraré la historia del mercader y el genio…-
-Esa ya me la sé- interrumpió el sultán.
El día despuntó y Scheherezada fue ejecutada.


Didi LeCout

28/10/08

A IMAGEN Y SEMEJANZA


Doña Inés fue siempre buena, virgen hasta el matrimonio, nada de palabrotas
ni costumbres arteras, no jugó a las cartas, no mintió, no fumó, no bebió, y no hablemos de otras cosas.


Ahora moribunda en su lecho, piensa que las misas y tantos sacrificios han valido la pena. Por fin irá al cielo y se presentará con Dios muy orgullosa de sus claras y limpias cuentas. No obstante en la puerta un San Pedro confundido le dice que el barbón se ha largado después de una tremenda noche de alcoholes, que se le subieron los ánimos y cambió dos o tres eternidades por media vida mortal allá en la Tierra.



Gabriel Gutiérrez-Ferri

LA FIEL PENÉLOPE


Deja ya de ruborizarte Acteón, se han cumplido cinco inviernos desde que el rey zarpó de esta isla. Mis trenzas doradas no han sido peinadas por manos viriles desde entonces, mis muslos se derriten y siguen tu luz como el heliotropo al sol.

Anda Acteón deja ya de pensar, desata tus alpargatas y entra en este lecho que aún esta caliente.




Daniel Rincón

24/10/08

PRIMER MICRO RELATO DONDE SE DA CUENTA SOBRE EL ESTRABISMO RIMBOMBANTE DE HERODES


El súper mercado lucía en pleno octubre un decorado entre Halloween, Día de muertos y Navidad y ya presumía la colección de villancicos 2009 a un volumen cálido. Había filas interminables en las cajas. Era quincena. Un niño de siete años le veía de reojo. Extraño un adulto sentado en el suelo en el pasillo de juguetería. Se le acercó porque le ofrecía algo. Se levantó mientras le decía: No es un juguete. El niño abrió su manita y felizmente descubrió un dulce. Herodes alcanzó a ver al niño con su madre haciendo fila y alcanzó a oír cuando ésta gritó ferozmente cuando su hijo empezó a convulsionar como pez fuera del río.



Eva Mondragón

VI UNA CULEBRA


La serpiente se retorcía espasmódicamente tras haber sido cercenada a la mitad. La asesinaron la ignorancia, la ingenuidad y la oscuridad que yace en nuestras almas. Le tememos no por su veneno sino por que ella es, y nada más, porque bajo toda esa costra de sociedad y civismo, desearíamos ser el reptil y sólo ser. Las creemos portadoras de muerte y les pagamos con la misma moneda, viéndolas como demonios, nosotros nos convertimos en tales. En los fríos ojos del reptil y su lengua bífida vemos reflejadas nuestras mentiras, y por eso las odiamos, porque nos odiamos y es más fácil matarlas que vivir con lo que nos muestran.


Alberto González Gallina

EL BESO


- ¿Qué, qué pasó?
Un brinco da mi madre y me ve sentado junto a su cama después de haberle dado un beso en la frente, al verme, su latir se calma.
–Hijo, ¿qué pasó, dónde andabas?- la miro, sonrío.
–Acabo de llegar- mi madre intentó ver la hora, busca el reloj, -no es muy tarde - le digo.
Se endereza y tocándome la mejilla.
–Ay hijo ¿cómo te fue?-
La miré y una lágrima se me cayó en su brazo, al tiempo que le digo con una sonrisa:
-¿Te acuerdas que te decía de chico?
- No amor. ¿Qué?
-Que cuando me muriera y antes de vagar, te vendría a dar un beso.

Mi madre palidece y cierra los ojos al tiempo que me aproximo a su frente para ese beso, ahí me doy cuenta que ya no tengo labios y la peste es de un cuerpo descompuesto y olvidado en algún lugar.
-Te amo hijo.
Al tiempo que el primer rayo de sol desvanece mi silueta de su recámara.




Aarón I. Campos

¿A DÓNDE HAS IDO?



Aquella vez escuché tus palabras y se erizaron los cabellos de mi nuca, la sangre me hirvió y abriste mi conciencia a un nuevo mundo. Tú, que eres la voz de la razón en tiempos de locura, y la justicia en un mundo cruel. Tú, a quien el mundo quitó todo, y estás dispuesto a devolvernos lo que nos ha robado. Tú, que nos diste nueva vida y esperanza. A ti, es a quien seguiré, aunque el camino me lleve a la tumba. Pero a dónde has ido, líder, ¿por qué ya no te escucho?








Alberto González Gallina

ASÍ ES ESTO


Despertó como todos los días. Amodorrado bajó la escalera. Abrió la puerta y recogió su periódico. Caminó hasta el refrigerador, tomó un jugo y se sentó en el pequeño desayunador. Bebía un sorbo cuando leyó la primera plana. El encabezado rezaba “¡El Fin del mundo ha llegado!”. Tragó jugo y se quedó con la vista clavada en la página.
- Ya era hora... – fue el escueto comentario, tras el cual, hojeó el periódico hasta llegar a las tiras cómicas.
Leyó el primer chiste y rió, para luego tomar otro trago de su refrescante jugo.








Alberto González Gallina

23/10/08

LA LEY QUE NO ES LEY QUE DICE QUE TODO VACÍO TIENDE A LLENARSE


A todo mundo le cae bien. Al portero de la oficina, a la secretaria del jefe, a la vecina divorciada, al mesero del café del centro, a esa dependienta departamental triste, a los hijos de sus amigas, al joven que le lava el auto, a su madre que se enorgullece y presume de ella. A todos.
Claro que tanta simpatía requiere de un ritual estricto de acicalamiento, entrenamiento de sonrisas, gestos adecuados y ademanes correctos. No todos los halagos, buenos días y abrazos son iguales, sabe insertarlos con maestría.
A todo mundo le cae bien. A todos, menos a ésta que está del otro lado. Procura no mirarme y me transforma a tal grado que no me reconoce en el reflejo. Ya es rubia ensortijada, delgada cual nardo, nariz respingada, pestaña china y dientes de perla.



Eva Mondragón

ESQUELAS



Ocho y cacho de la noche, hora del claxon desesperado, del congestionamiento vial, de la salida del trabajo y de cerrar el café.
El piso ha sido limpiado, las sillas recogidas, las máquinas se sacudieron y las tazas esperan ser lavadas.
La última mesa se vacía, se despiden, en la barra un viejo responde al saludo y da un sorbo a su café, el dueño se dispone a lavar platos y el mesero sentado en el puesto del jefe sueña que es suyo el local.
El anciano gruñe y el joven despierta, desilusionado por regresar a la pesadilla de la realidad abre el periódico y se dirige a las esquelas, siempre le ha gustado revisarlas.
-No hagas eso- lo interrumpen de nuevo -yo lo hacía hasta que encontré la mía-.




Didi LeCout

AL CLIP:



Al Clip metálico que sostiene las hojas de mis trabajos, las lleva en orden y facilita todo, evita que se pierdan partes y me bajen puntos.
Al clip inerte y frío que me divierte desarmarlo y luego tratar de arreglarlo sin poder hacerlo.
Al clip que sostiene mi gafet cuando he olvidado el diurex, el que sirve de pasador cuando el cabello se revela, el que adorna mi lapicera, el que aplasto, rompo, mutilo y deformo para desestresarme y no se queja.
Al Clip que es el alambrito de metal sin importancia en el escritorio, a ese clip perdido, sustituido por cualquier otro. ¡Al clip!




Didi LeCout

22/10/08

LAS CONTRAPARTES QUE SE RECONCILIAN LEJOS


...El maestro tomó el pincel y la tinta se expandía en las fibras del papel como si éste tuviera sed y hambre. Trabajaba desde hace días en una acuarela. Procuraba no poner música a la hora de hacerle el amor a los colores. Ni tomar vino. Evitaba todo placer. O los posponía. Comía poco, dormía menos. Siempre al filo. Así se entregaba a su pintura. Pensaba que sólo así, algo de él se quedaría para siempre. Así había hecho toda su obra importante. No notaba que de tanto usar esta técnica pronto iba…
...El teléfono sonó, cerro el libro, tomo la llamada. Por la reacción de su rostro algo urgente. Cogió las llaves del auto, apago el estéreo, un último trago a la copa y salió disparada...


Eva Mondragón

EL GRITO


Esta noche sucede en medio del puente; una mujer de voz dolorosa esparce en el viento una palabra de ayuda que nadie responde; todo se silencia cuando el grito deambula entre las casas escalonadas. Las puertas y ventanas se cierran para dejar fuera al sonido intruso que demanda atención, pero en mis oídos ha encontrado esa apertura donde lo repito en mi cabeza para encontrar la razón por la que nadie la escucha, por entender ese consejo en desconocerla al tratarse de extravíos de una enferma a juicio de todos. Dejo encerradas en mi departamento aquellas sugerencias y voy al puente para encontrarme con ella, pero en su lugar encuentro el vacío, por ningún lado mis ojos la ven, sólo el grito está presente, el grito que nace de mi boca.


Iván Flores

21/10/08

CHICLE, CHICLE



Yo, soy la chica de los chicles, la amargura en mi corazón es tanta que ha podrido todo mí ser, por dentro sólo tengo viejos recuerdos rancios, descompuestos, ácidos… nadie podría saberlo de no ser por mi boca, me delata con la peste del triste pasado.
Chicle, siempre masco chicle, para olvidar el dolor; para saborear un dulce, aunque jamás será la miel de un beso; para morder algo que no sea mi lengua cada vez que me preguntan las razones de mi soledad. Para sentir en mis dedos la caricia de otra mano, aunque sólo sea goma pegajosa.
Chicles, chicles, mis únicos compañeros, entienden mi sufrir, viajan solos, viajan acompañados, pero al final siempre es lo mismo, unos momentos y luego los abandonan. Algún día, terminaré como ellos, terminaré sola y olvidada, pisoteada como una mancha más en el camino, ignorada y vista con asco.
No, no pienso en eso, chicles, mejor mastico chicles, porque, yo soy la chica de los chicles.




Didi LeCout





Esta imagen es cortesía de la autora, la artísta plástica Carmen Pérez Casanova, quien tiene todos los derechos reservados de su obra.
Título: Menina con fondo turquesa. Para mayor información sobre ella:
www.carmencasanova.es / http://carmencasanova.artelista.com

UN MUERTO IMPORTANTE



Al terminar el sepulturero enciende un cigarrillo. El cementerio está a reventar. Han venido infinidad de personalidades: mendigos, monjas, presidentes, asesinos seriales, actores de cine y uno que otro soldado. Dios ha muerto, era de esperarse que nadie quisiera faltar al sepelio. Se ha montado un soberbio y sobrio espectáculo, pero ahora que todos se disponen a marcharse comienzan los cuchicheos. Que si estaba ya muy viejo, que si ya era justo, que si fue muerte natural o más bien homicidio. Con decir que se rumora que internaron a Lucifer en una clínica psiquiátrica por el impacto de la noticia; aunque hay quienes dicen que durante el festejo se le hizo fácil meterse una pistola en la boca.
Todos opinan al respecto, pero algunos otros, en la salida del cementerio, ya reparten volantines convocando a elecciones para cubrir el cargo.




Gabriel Gutiérrez-Ferri

MI DESCONOCIDA


Tener una rutina segura. Encontrarte casualmente dentro de la misma rutina, como a cualquiera de todas esas estudiantes de teatro que abundan por mis rumbos. Toparnos continuamente en una ciudad chica, donde muchas desconocidas medio conocidas se me repiten a diario como si nada. Toparnos como por obligación. Hacer transacciones de miradas y sonrisas por cortesía, o por compromiso. Caminar más seguido por Belisario Domínguez. Enterarme por accidente de tu nombre mientras platico con mi nueva amiga, la policía de tu facultad. Soñar que hablo contigo. Hablar contigo en el mismo sitio donde lo soñé. Intuir que no teníamos por qué conocernos. Sospechar que no importa lo que te diga. Oírte decir: adiós, que estés bien. Sentirme en el completo vacío y con los pantalones abajo.




Gabriel Gutiérrez-Ferri

¿JUGAMOS?


Pienso, deseo, quiero y no lo tolero…

Tu carcajada hace eco en mi cuarto y acaba con mi insistencia. Esta vez el esconder tu ropa no me garantiza que te quedarás en mi cama un rato más.

Te la cambio y me río más fuerte que tú, aviento tus jeans y golpean tu espalda; sigo entre las sábanas y finjo ignorarte. Te acercas y creo que dirás algo importante pero sabes que hoy más que otro día prefiero silencio.





Maggie Rockdríguez

20/10/08

VICIOS ETERNOS




Qué suerte y qué raro, cuando el tiempo de una canción encaja a la perfección con el tiempo en el que cigarro y hombre se consumen mutuamente, llevándose de paso unos retazos de nostalgia y uno que otro nombre maldito.






Gabriel Gutiérrez-Ferri

EL DOCTOR GUSTAV HAGENSPLATZ


El doctor Gus quiere descubrir la fórmula científica para hacer una niña.
Leyó en alguna parte que se hacen de azúcar, canela y cosas muy bellas. Pero cuando intentó poner el método en práctica, lo único que salió fue una galleta.
Entonces trató de hacerla con una aleación secreta de oro, plata y joyas... pero nada más servía de adorno.
Leyó numerosos y especializados manuales de carpintería y tallado de madera... pero estaba tiesa.
Finalmente, decidió poner en práctica todos sus conocimientos a la vez.
Empleó los más avanzados métodos de mecánica, física cuántica, biogenética, filosofía, cibernética y bordado... Hizo una niña perfecta y la programó para que se portara como su hija, pero cuando le dijo "te quiero mucho", se descompuso y no hubo manera de arreglarla.
Desesperado, renunció a la ciencia. Estaba tan triste que se fue a vivir a un parque. Un día una chica lo encontró llorando. Cuando le preguntó qué le pasaba, el doctor Gus le contó todos sus experimentos.
Entonces la chica se enamoró de él. Y el doctor se enamoró de ella.
Lo mejor fue que juntos descubrieron el secreto de cómo se hace una niña. La quieren mucho.





J.C. Álvarez

TEXTÍCULO SOSPECHOSISTA




No polarizarás...
Tomado del Evangelio según Santiago

Se lo dijo muchas veces don Vicente: Una paternidad mal asumida no es propia de un hombre responsable sino de un puto distraído.
(Tiempo verbal usado en la construcción de este textículo: preservativo imperfecto)




Danner González-Bravo

TEXTÍCULO ECONOMISTA



Se había doctorado en alguna universidad del Reino Unido. Cada mañana, antes de tomar el desayuno, repetía el auto de fe valerosamente forjado a través de sus años y años de estudio y en sus sexenios y sexenios de flamante asesor de secretarios: ¡Este país no tiene ideas, Señor, tiene ocurrencias! Luego tomaba el periódico, mientras se repetía en su interior la tortura: Mea culpa. Mea culpa.





Danner González-Bravo

14/10/08

A ORILLAS DEL LETEO


- Herácles, hermano qué fortuna encontrarte.
He llegado hasta este río para olvidar a Dafne. No soporto vivir con su recuerdo, he caído en un letargo depresivo insostenible; luzco delesnable y mis borracheras con Dionisio cada vez acaban peor.
La última vez terminamos viendo una pelicula xxx y tomando reyes. Al final los dos con la vaina parada y la talega tumefacta.
He bañado mi cabeza veinticinco veces en las aguas de este rio, y nada ... sigo recordando a esa zorra del infierno.
- Hermano, no es tu cabeza lo que debes lavar, enjuaga tu vaina y lo entenderás.




Daniel Rincón

GÉNESIS


Un buen dia o no tan bueno (la historia no declina un veredicto) cansados de hacer el amor con sirenas y delfines.
Cansados de la poesia de conchas y corales, emigramos a las costas, escapamos del océano.

El vello cubrió nuestros cuerpos, perseguimos a las ninfas de los bosques, a las náyades de los ríos.

Asesinamos, fornicamos, ultrajamos, robamos,
poblamos la tierra, creimos en Dios
y nos hicimos hombres.




Daniel Rincón

MISLEVA BOSCOSA


La luminosa ventana cerrada. El polvo, bolitas de luz. Cansada Misleva leía. El calido rayo cubría sus piernas como un chal. Todo la arropaba y palabra a palabra la arrancaba de los negros párrafos. El libro se quedó quieto en sus piernas y se hizo semilla. Germinó tan cerquita de su vientre. Lo primero en cubrirse de enredaderas fue la silla, con sus pies se mezclaron las raíces, los pastos invadían velozmente las patas de cada mueble. De su cabello surgió el árbol que invadió todo el techo, venía con miles de diminutos pajaritos cantores que saltaban de rama en rama. Y de su ombligo, pechos y cuello, gota a gota, empezó a escurrir el manantial del bosque.







/\\/

11/10/08

LAS LUNAS DE INSOLACIÓN FICTICIA


Abrí la puerta. El pasillo de enormes lámparas. La alfombra estepa negra. Los candelabros heridos.

Caminé, sosteniendo mis lóbregos párpados que se derretían. La sombra que me acompañaba todas las tardes perdía fuerza. La luz iba devorándola y los gemidos de la madera tocaban una marcha festiva.
Nadie me miraba, nadie sabría que huyo. Cercioré que las ventanas de mi habitación estuviesen cerradas y que mis libros hubieran sido sepultados en las cenizas y los juguetes permanecieran debajo de las sábanas repletas de la mugre azul y dulce.
Esperé un instante, quizá el que siempre espero desde que mi ataúd me escupió y vio nacer, y, al fin, salté. El aceite no era tan pegajoso como me habían relatado en ocasiones de ocio, antiguos compañeros ya muertos, no era tan misterioso como las lunas de insolación ficticia. Cerré los ojos y lentamente fui desapareciendo en su boca, hasta épocas remotas. Sigo imaginando que eso fue un beso de bienvenida.




Luis Vega

10/10/08

LA PRESENCIA



Otra vez las luces se extinguen, la lámpara del techo y hasta el mismo cielo que apenas nace al día enmudece su luz.
Nadie lo nota, sólo yo que estoy acostumbrado a su sombra, a su fría presencia arraigada en mi carne.
Aquí está, batiendo sus garras como bestia, su cuerpo convulso me obliga a sostenerme del muro que me detiene en vano ante este vértigo de agitación violenta.
Eleva sus alas y siento como una parte de mi es llevada en esos brazos de noche, a un lugar impropio a la vida. Mientras tanto continúo caminando como una máquina que se conduce sola. Avanzo erguido y con apariencia serena, la gente que me conoce nos saluda al verme, como si nada; me desean un buen día y me piden la bendición.





Iván Flores

AL OTRO LADO DEL MAR


Álico el fenicio se levantó para desafiar lo que nadie se atreve a desafiar.
Concibe con firme sentencia que lo imposible deje de ser una cuerda que sujete al máximo obstáculo de los mares; contagia a los hombres que le siguen hasta sitios lejanos, donde cada avance a lo desconocido les acercan a lo divino, pues encuentran el secreto vedado por los dioses al otro lado del océano, donde sólo las leyendas se levantan en forma de grandes monstruos marinos que devoran a los profanadores de sus aguas…
– ¡Termina ya con esas redes que los peces no esperan! –
El fenicio despertó de la ensoñación con la voz del capataz.Disuelve en la brisa matinal: pensamientos de un horizonte infinito.


Iván Flores


9/10/08

RESACA DE INSOMNIO


Despertar a las 2 pm, tieso, inanimado. Mirar por la ventana de la sala y darse cuenta de que llueve: lástima, adiós ejercicio. Caminar a la cocina y ver el lavatrastos lleno de tazas, cucharitas y ceniceros: la noche de insomnio sirvió para escribir. Asomar la cabeza por la ventana de la cocina para ver qué pasa más arriba en el mismo edificio: los muros húmedos; es todo. Poner en el tocadiscos a Ismael Serrano: nostalgia en venganza por el sueño robado. Recordar que entre el insomnio hallé sus viejos recaditos: los daba por recuerdos perdidos. Sufrir mis ojos hinchados: anoche la cabrona no podía dormir. Pensar qué estará haciendo.





Gabriel Gutiérrez-Ferri

CUENTOS DE CANTINA


Hoy recordé un cuento de cantina, sí, uno de esos cuentos contados por un alguien que se dedica a rescatar relatos de descontados, del peligroso polvo de esas contadas cantinas en las que uno puede encontrar buenos ebrios que cuenten como tales, sin requerir del alcohol. Ya se imaginan el tipo de historias, son de esas en las que la mejor parte no parece más que puro cuento, pero entre verdad y mentira, quién no quisiera contar con alguna en su repertorio de vida para cuando llegue la muerte y nos proponga ajustar cuentas.








Gabriel Gutiérrez-Ferri

MI QUERIDA ESPERANZA:




La esperé en la Espera, pero como era de esperar, la angustia no esperó y huí. Quizá usted también me esperó, pero la esperanza cesó y en espera quedó.
Para la próxima cita la espero en el Castillo de Fatetar, a ver si nos desesperamos juntos.
No suponga que me arrepiento, mire que no he esperado en vano, y que la espera me esperanza, pero vine a esperarle con esperanzadora espera, a esperarle esperanzado con la eterna esperanza.






Sagrario Callejas

UN DÍA CUALQUIERA



El centro es el punto de atención y más allá de los contornos todo es incierto. Con la fuerza monumental de un dedo se desata el trueno, que en vez de tormenta le acontece el silencio, el resultado es claro: el motivo de atención yace en un nicho escondido, y allí mismo su mirada confundida escruta en la distancia el origen del miedo.
Se termina el día, pero mañana será el centro nuevamente el punto de partida.
Y así, cada quien al abrigo de la noche sueña uno en vivir, mientras el otro piensa en comerse al soñante, son protagonistas de un día cualquiera: un cazador y su presa.







Iván Flores

8/10/08

/\\/



El filo de la espada y la matriz. La puerta y la cuna. El cielo y el suelo. Vocal y consonante. Más menos, menos más. Convexo y cóncavo. Montaña y gruta. Ave y Eva. Piernas y alas. Nombre y apellido. Líneas y vacíos. Ingenioso apropiamiento de las diagonales para sintetizar o búsqueda tipográfica sin sentido. Un cuento sobre la A y sobre la V cuando están juntas, y cómo leerlas. Un manual para no desaparecer de tu cabeza cuando acabes de leer esto que signa. Para que el autor se vuelva personaje. Y empezar así, había una vez un /\\/.




Ana Valderrama

6/10/08

MINUTOS


Sentados en una gran loma con mira a la ciudad, conversaban padre e hijo en un panteón.
–Papá, qué bueno que me trajiste mi suéter favorito.
–Sí, supuse que te daría frío, deberíamos apresurarnos, tu madre debe estar esperando.
–Aquí me gusta, además, mi mamá siempre me va a esperar.
Ambos ríen. El niño se levanta y corre hacia el peñasco, su papá se apresura tras él y grita:
– ¡No corras, te puedes lastimar!
Minutos después el hombre mira hacia lo hondo y sonríe con benévola mirada, baja tranquilo hacia la pequeña tumba y acomoda cuidadoso el suéter.




Sagrario Callejas

DECISIONES

El valet tarda más de minuto y medio, me parece intolerable. A mi lado una familia espera su vehículo con mejor actitud. Imagino un auto barato, cuatro puertas, cuatro cilindros, un sticker de “bebé a bordo”. La niña sostiene un pony sucio y de pelo enmarañado, con la otra manita aprieta el pantalón de su padre llenándolo de una sustancia, miel o mermelada. Él no lo nota. Su mujer refleja cansancio en los ojos, pero aún es hermosa. Ella no me ha visto o tal vez no quiere.

El valet aparece, le doy un billete sin ver la cantidad. A punto de irme, la vocecita de la niña me congela; grita “papá”, corre detrás de aquel hombre y la madre me dedica una mirada que no he olvidado.

Pude ser yo…





Maggie Rockdriguez

3/10/08

DAS ANDERE


Se termina de bañar y entre el vapor y la blancura busca el espejo. Sus dedos lanzan el brochazo para verse. Los poros empiezan a sudar y perlan su rostro. Tiene que sacar la lengua para cerciorarse de que todo esté bien. Son los ruidos de cristal roto y el barullo que se arma del otro lado, en su habitación, los que la petrifican. Alguien está desordenando todo. Se acorruca a los pies de la puerta, evita temblar y emitir ruidos. El silencio no llega. El vapor y la blancura no se van. De vez en vez busca el espejo. Ya nada esta bien, con el tiempo ha ido perdiendo cabello y hasta algunos dientes.







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DOS LÍNEAS QUE SE CRUZAN EN UN PUNTO



Adolf Loos dix it: la cruz –la equis–, fue el primer garabato trazado por la mano humana en la pared de alguna remota cueva: la mujer yacente y el hombre que la penetra. Así debió saberlo Octavio cuando después de seguir al pie de la letra las complicadas indicaciones del mapa se encontró, perplejo, en la habitación de Julia, que lo esperaba recostada en cama, desnuda de punta a punta. Siguiendo la lógica de esa abstracción, igualmente lícito es conjeturar para el signo otro origen: el hombre que con lanza da muerte a su semejante. Así debieron pensar los bandidos perseguidores, codiciosos de un tesoro equívocamente imaginado, cuando horas después la bala irrumpió el reposo de los amantes y atravesó perpendicular el cuerpo de Octavio que se aprestaba a la defensa.





Aldebarán Toledo

TOMA TOMATE


Pensar en cuántos ángeles caben bailando en la punta de un alfiler fue la frase que se le quedó en la cabeza, no sólo esa del talón de hierro en el pecho de la humanidad. Un poco de metafísica versus filosofía. Generalmente piensa mucho y hace y dice poco. Cómo para qué, piensa. Si ya se comprobó que la fe no mueve montañas para qué molestarse de todos modos en moverlas. Siempre cerca la bala, pero nunca en el blanco. Pensar ha resultado el ejercicio más certero y menos peligroso. Pero su trabajo no es pensar. Ni tampoco leer, como le gustaría. Su trabajo es picar piedra, su padre es albañil. Y sabe que, en cierto sentido, ambos destruyen y mueven la montaña.





/\\/

EL GRAFOGRAFÓGRAFO


Escribo. Escribo que escribo.
–Salvador Elizondo

Escribió en el cuaderno de notas, antes de dormir: Para el escritor, el mundo es un pre-texto. La sentencia era errónea, o mejor dicho inexacta. A la mañana siguiente, cuando despertó, advirtió con asombro y no sin temor que las torres en el tablero de ajedrez se habían vuelto tes en trazo perfecto, tipográfico. Por la ventana de su habitación vio, como antes tantas veces, el mar, simplificado ahora en una sucesión infinita de emes que se rompían en las rocas, y divisó las aves, que no eran ya sino la segunda letra de su genérico nombre aleteando en el blancuzco firmamento. Prendió un cigarro para calmar la ansiedad, mas el humo que se desvanecía en lentos nueves acabó por alarmarlo. Casi pierde la cabeza cuando se miró en el espejo convertido en una escueta i [del personal pronoun], y en su diminuto rostro ya moqueaba la jota entre sus ojos aterrados.








Aldebarán Toledo