12/8/09

NADA ES MÁS ABURRIDO QUE ESCUCHAR A UNA PERSONA DESCRIBIR SU SUEÑO



Sueño: Vilma Picapiedra recostada en la cesta cubierta con una tela de mosquitero y cambia de color cada vez que la enorme cucharada de aceite de bacalao entra por la ventana. Ella musita: “Una pesadilla hace que tu corazón acelere los latidos. ¿Por qué el lóbulo de tu cerebro que controla tu pulso no se da cuenta que el hemisferio derecho lo inventa todo? ¿Qué no hay comunicación entre ellos?”. La nube alcanforada de un bostezo la hace borrosa como una radiografía de tórax y entonces detengo mi corazón y acepto a Jesús. No como mi salvador personal, sino como el aval de otra promoción en Domino’s Pizza. La carcajada se apoya en nuestras espaldas, porque ninguno recibe el cambio al igual que sucede en el cine. ¿Qué significado tendrá todo esto? Despierto con los tañidos de un tinitus. Los doctores miran al interior de mi oído y encuentran algún diminuto martillo olvidado.









Gabriel Fuster

LOS MIL Y UN IMSOMNIOS



Algún día me gustaría ver al Papa salir al balcón y anunciar los resultados de la jornada de futbol. Nunca visualizo cómo se comportará un grupo social ante un evento inesperado, sino que trato de adivinar cuántos de ellos tienen divertículos en los intestinos. Ahora soy internado en el hospital para estar en observación. Permanezco tres días sin pestañear siquiera, no observo nada fuera de lo común y me voy del lugar. Uno ve a tantos insomnes con la mirada perdida en el espacio. No es que estén viendo nada, sino que están visualizando lo que piensan. Por ejemplo, mi marranito juega al ping-pong de modo limpio, pero su carne es kosher. Si tuviera un deseo, ese sería borrarme la letra A de la palabra PEREZA en la frente y suponer que el Golem Pérez será, o perecerá, pero para convencerse de dormir a pierna suelta hay que tratar de no mirar al coleccionista de chupadedos.









Gabriel Fuster

MUSA



¿De dónde saca las ideas para sus cuentos?
De todas las preguntas malintencionadas que se hacen en este gremio, ésa, precisamente, es la más ingenua de todas. Propone que existe un sitio o un método para lograr que las aspiraciones se hagan realidad en un papel. No, no existe tal lugar y, amigos, ni siquiera Aristóteles pudo simplificar el acto creativo, aunque ya suelo responder con un aire de connoisseur que yo consigo mis historias en un servicio de inspiración ubicado en San Nicolás de los Garza, en Monterrey, Nuevo León. Allí, uno contrata una musa igual que paga los servicios de una cotizada Call Girl. En mi tarjeta bancaria hay un cargo mensual de 550 pesos más iva y quincenalmente a vuelta de correo yo recibo un paquete entregado por Estafeta que incluye 6 ideas frescas para escribir cuentos. Mi musa no tiene brazos. Así que me rodea el cuerpo con el pelo de sus axilas y me intenta besar, hipnotizándome como una cobra. Yo miro hacia el fondo, hacia la cocina, y escucho el ruido de alguien dando teclazos separados a una máquina de escribir. Y mientras la musa me inocula su veneno con fuerza, yo intento hablar, decirle que necesitamos un lavatrastes automático. La musa tiene a Borges escribiendo cuentos con mi nombre y a mí, expuesto enseguida en una vitrina, dónde me saca brillo, convertido en plato de porcelana. No tienen idea cuántos detractores y admiradores todavía me pregunta por la exacta dirección de la tienda en San Nicolás de los Garza, en Monterrey, Nuevo León, para enviar su cheque.




Gabriel Fuster

ERASER



Érase una vez una feria internacional del libro. El evento elevó el nivel de inteligencia en todos los visitantes por cuarenta puntos. Abrí un libro pero no leí nada. Mientras mis manos lo sujetaban, mis ojos visitaron una plaga de sapos asmáticos en Lisami, pequeño poblado de Finlandia. Siguió una lluvia de boletines regados desde la segunda guerra mundial, urgiendo a las tropas imperiales a rendirse y entregar la isla de Cheju—do, cuando Glauco como dios quedó sumergido. A distancia, aparecen tres mesas ocupadas por tres figuras con máscaras doradas. Permiso para un leve verano en el fortín de las flores cerca de Linares, España. O la totalmente restaurada máquina de bomberos Ahrens-Fox 1926 Modelo RK en una tienda de modelismo en Jalapa, Veracruz. Las preguntas se divierten o ya destruyen los últimos vestigios que pudieron conducir a dar respuesta a las desapariciones misteriosas de Ambroce Bierce, Martin Bormann y los mayas. Estoy cansado y me bailan las letras. Vaya, hasta escucho el sonido del tiovivo que consigue hacerlas girar. Apoyo el libro sobre mi pecho para escuchar y respirar. El tiempo come el tiempo por las esquinas gastadas del tomo. No se mueve nada por los últimos pisos del altero de volúmenes usados. En la subasta de las lenguas romances he encontrado un rinconcito donde conseguir el amor verdadero y me he quedado con uno. El latín me ha dado una habitación llena de libros y mucha luz. Yo sólo y tú quedamos en el tumulto. La feria clausura sus festividades hasta el siguiente año y baja el nivel de inteligencia de todos los seres del planeta por cuarenta y dos puntos.







Gabriel Fuster

10/8/09

SOUVENIR



Un día un cocodrilo salió del ropero. Era verde. La ropa sucia fue su nido todo este tiempo. Estoy segura que se me olvidó el huevo en la pijama la noche que soñé que me bañaba en el Nilo.









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5/8/09

RITUALES



Cuando tengo una ruptura amorosa me baño. Llego a casa después de haber pasado a comprar buenos vinos que dispongo bajo la tina y mi única, sin par, copa de cristal fino, ya reservada para estas ocasiones. Me desnudo, y le hecho la culpa a mi figura cuando la pesco en el espejo. Me meto cual larga soy y espero paciente como el agua tibia, gota a gota, se me escurre y va llenando y volviéndose fría y pulsante en la porcelana blanca. Nunca me ahogo. Nunca me enjabono, sólo acabo con la piel entera arrugada y un agua salada muy sucia que tarda unos minutos en irse por el caño.







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ESTACIONES



Fue Amaranta la que estiró el cuello y lo besó. La hojarasca es desde entonces pretexto para querer besarlo. Los parques son contextos peligrosos para la discreción amorosa. Los cuellos se estiran y contorsionan. No hace falta decir que el subtexto de todo esto es al amor que se tienen y que todo lo canalizan a través de sus bocas. Amaranta se pone triste cuando no es otoño, en primavera no caen sus besos sobre él, y el verano es su invierno. Cuando todo es dorado, reverdece éste y todos sus textos.









Eva Mondragón

CÓMO NOS REPARTIMOS


Después de hoy, quédate con lo que tengo;
Puedes tomar la llave del cuarto robado
y la lengua agridulce del whisky jerez,
te puedes llevar los cigarros de antaño
y los soles que salieron a tu espera.
Llénate la boca de paseos no terminados,
de películas rayadas, de cafés corrientes,
de cartas borradas, de máscaras rotas,
de falsas lágrimas y de flores secas.
Cuida las velas consumidas,
los corchos de los vinos servidos,
los desayunos en el balcón,
las sonrisas tatuadas en mi rostro.
Guárdate las manos eternas,
los sueños infieles,
los huesos desnudos,
y los resfriados anestesiados,
Pero los besos, aquellos besos, me los quedo yo.



Sagrario Callejas

ELEGIDO DEL SOL


“Yo no quería ser Paladín pero el Sol tenía planes para mí.”-Angus Dumas

En el momento que abrió los ojos se encontró desorientado. No era sólo la peculiar sensación de falta de gravedad, a la que, de alguna inexplicable forma su cuerpo ya estaba acostumbrado. Era más bien la desconcertante certeza de no saber su nombre.Su confusión no provenía de ver agua flotando en burbujas o la arena fluyendo como un río junto a él. Su confusión era más profunda, sofocante: ¿Cómo me llamo?, ¿Quién soy?, ¿Qué soy?Cómo un viejo sabor nos recuerda un viejo momento.
La sangre en su cuerpo le recordó que recientemente había matado.El Sol, lo saludo.









Lince Negro

TERMINATOR



Desperté esta mañana y no recuerdo mi nombre ni mi rumbo sobre el largo camino de adoquines amarillos. Mis ojos se desperezan con el humillo lento en las ruinas de Oz, donde el león cobarde llora el paradero de las horas perdidas. Me dispongo a instaurar la paz y la unidad, pero siento un choque. Algo establece un zumbido espeso de insurrección. Las fuerzas automóviles siguiendo de cerca tus zapatillas rojas. Este autómata dispara la metralleta a todas partes. Capaz de todo, menos del remordimiento, o el cortocircuito. Indestructible intermediario del exterminio total. El hombre de hojalata no tiene corazón.







Gabriel Fuster

MELVILLE



La Pequod de la nueva generación de naves interestelares navega el mar infinito de la singularidad. En la cabina de comando, el capitán Ahab mantiene la persecución cercana a la velocidad de la luz. El golpeteo de su prótesis de titanio sacude los objetos más lejanos y débiles del universo. “Te atraparé, demonio” grita hasta desgañitarse. “Te hallaré en cualquier agujero negro que te escondas, cinta Moebiüs Dick”.









Gabriel Fuster

BLANCO



La mañana que Moby Dick despertó de un sueño intranquilo, éste encontró su cama mojada y la demencial verdad de haberse convertido en un monstruoso Ahab. La sorpresa y las ropas con su olor cumplen en la enuresis la noción de que el blanco puede ser un color terrible.













Gabriel Fuster

ARENA



El matador cambia el capote y brinda su faena a Ariadna. Ella hila el tiro de arrastre en las astas mortales del animal. Nuevo viento de la plaza vitorea la alternativa con Teseo, espada de cartel en corridas de minotauros. Un laberinto arrebatado y de coz telúrica.









Gabriel Fuster

UNIFACÉTICO



[Je est un autre –Rimbaud]



Todo el tiempo los espejos me mostraron otro rostro: ojos siempre nuevos, una boca hasta entonces ignorada, diferentes narices, cabellos en todas las formas y extensiones, la interminable gama de pieles, nunca las mismas pestañas, dentaduras disímiles, frentes y pómulos y barbillas, imperfecciones, horrores y bellezas en variación constante. A cada reflejo un nuevo rostro, mientras el resto del mundo conservaba el mismo: populoso de arrugas y un par de ojeras y unas cuantas canas. Hoy sólo encuentro ese mismo rostro en el espejo.









Aldebarán Toledo

AMIGO


Apareció una noche como un fantasma negro
Me gustó su aspecto gracioso
su timidez
sus ojos sinceros

Los árboles son amigos de los perros

Disfruté su compañía liviana
el alboroto que hacía al llegar
y ese modo que tenía de partir sin decir nada

Me gustaba ese perro
que echándose de espaldas, ignoraba todo
y que un día
-como un dios sin nombre-
fue a morirse lejos.




Kenjiro Ramírez