Cuando la mujer se miró, vio un espejo que devoraba a una mujer volcada en un espejo, fagocitada por una mujer, caída ésta sobre un espejo antropófago y canalla. Abrumada por las simas, acarició al único alacrán anidado en su pecho, el cual se hizo manada y tumor gigante a un tiempo. La desesperación.
Sólo entonces, decidió dejar eso de pintarse los labios para luego.
Corrió las cortinas y se sentó a esperar.
Fuera llovía.
Sólo entonces, decidió dejar eso de pintarse los labios para luego.
Corrió las cortinas y se sentó a esperar.
Fuera llovía.
Mónica Sánchez
3 comentarios:
Confieso que me cuesta trabajo entender los relatos que escriben las mujeres. Tienen una esencia muy particular. En éste, las palabras se me antojan como aquel espejo: devoran. Me fascina el final por los elementos en apariencia contradictorios del acto humano y banal interrumpido, y el indiferente -ni tanto- y natural de la lluvia. [Aldebarán Toledo]
nice!!picture
Sí, buscando imagen para un cuento, Casi un fractal, encontré para otro, sin proponerme tal cosa. A veces pasa, si tienes los ojos atentos puedes ver y prever y salir contento de la búsqueda. Bienvenida o bienvenido a Cien Palabras asia-hotels
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