31/10/09

RECUERDA


Recuerdas al gato destripado a los pies de mi coche. ¿Lo recuerdas? Sospeché que pensarías que yo lo había atropellado, que no apostarías que lo estaba protegiendo y velando a media calle. Estaba allí, aún vivo, largo, abierto. Y cuando llegaste me miraste un segundo dudando. Sé que no supiste que concluir. Yo te lo aclaré. Pero ¿recuerdas al gato? Su color, sus maullidos, sus ojos. Nos acabábamos de despedir, un adiós casual pero infinito. Y nos tuvimos que volver a ver un minuto después por el incidente. La despedida perfecta se quebró y encontró un símbolo sumamente perturbador, un gato agonizante. Lo acompañamos en su muerte, luego los chicos de la esquina ayudaron a levantarlo con un cartón. De nuevo me subí a mi coche y llegué a mi casa con la sensación de haber ido a un velorio.








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Ana Valderrama

TIMOTÉ



Yo dejé de ir al taller de creación de cuento porque quien lo impartía, después de que leí Circo, uno sobre un niño que se pone muy triste al ver de cerca la cara de los payasos y ya no se queda a los trapecistas, me dijo que todo era adecuado menos el nombre de mi protagonista. Qué Timoté no era un buen nombre, ni para un cuento mexicano ni para ninguno. Yo tuve que dejar de ir para salvar a mi personaje. No lo maté, y es la fecha que se me pone triste cuando se acerca al rostro de las personas y ve sus verdaderas facciones.












Eva Mondragón
Ana Valderrama

MANDAS DE SILENCIO



Un minuto de silencio, silencio de ultratumba, silencio por favor, silencio incómodo guardar silencio, silencio ensordecedor, absoluto silencio, pequeño silencio, respuesta de silencio, el silencio esperado, grito de silencio, por fin silencio, un largo silencio, silencio meditativo, silencio atronador, silencio ya, silencio, y de todos estos, el que más me gusta hacer: romper el silencio.



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NOTICIAS VIEJAS



El día que en Sri Lanka se cayó un avión de pasajeros sobre una escuela primaria, que tembló en Marruecos y que en Yakarta un joven descocido rompió un record de salto de altura, ese día, dejé de amarte. Puse la televisión y la videograbadora en el canal de noticias, para que supieras que cosas varias, casi todas peores, estaban sucediendo lejos de tu tragedia y pudieras recordarlo siempre que quisieras sólo con poner la grabación. Y sopesaras. No hice maletas, simplemente dejé de considerarte dueño de mi corazón. Ese fue el día, ahora que me lo preguntas, y si quieres ver el video, está junto al control remoto, siempre ha estado allí esperando. Ahora date por avisado y que no te extrañe que las cosas no cambien en nada.












Eva Mondragón
Ana Valderrama

LEY TORTUGA



No importa la velocidad, la tortuga salió primero y tú, liebre, nunca la alcanzarás.



























Eva Mondragón
Ana Valderrama

SON MONTUNO PARA JUAN BAUTISTA



Oye Salomé, perdónalo... perdónalo... perdónalo...





























Danner González-Bravo

TEXTÍCULO PARA PALIAR LA TRISTEZA



Como aún no se siente poeta ni tiene kimono, al poeta le da por cantar todas las tardes para no deprimirse. Engola la voz y entona: Aserejé ja de jé de jebe tu de jebere sebi nouva majabi an de bugui an de buididipí. Baila hasta caer rendido y sudoroso. Luego se toca. Y duerme.






















Danner González-Bravo

YEYA WROTE:




Tus alas siguen presente en mis recuerdos... te mando mis abrazos en el viento y otros tantos susurros en el tiempo... te quieren, Laura y Yeya.









Arcelia Trigos

28


El otro día cumplí 28 años. No conté las primaveras, sino los otoños. Me gustan más. De lo que me di cuenta es que ya perdí la cuenta de muchas cosas: los pasteles, las mudanzas, los litros de leche, el pan, las hamacas y los lunares. De otras, tengo una precisión apabullante: los ojos, los espejos, los relojes, los olvidos, los laberintos, las bolitas de nuez con azúcar morena. Con todo esto, cuento que cuento más de 28 años. No son los días, la suma, no es la edad, el dígito, es una matemática bizarra de la vida, la que da cuenta de toda la cuenta que te ha hecho la vida y la pronta factura que te ha de llegar. Me gusta pedir a la carta y me gusta pedir del menú, hasta ahora. Por eso a mis 28, tan joven y tan vieja, estoy aprendiendo a contar del uno al tres y de la a a la c.









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Ana Valderrama

CUCHARITA



Con mi cucharita puedo hacer avioncitos a mi boca –y a mi entrepierna- con mi cucharita me alimento –y me dan ganas de ser nutrióloga- con mi cucharita soplo velas y surco mares –de los pasteles y de las sábanas- con mi cucharita platico –y me responde con mi reflejo cóncavo, que lo es en todo mi opuesto y no- con mi cucharita, sin embrago, lo más maravilloso de todo, es que también soy cucharita para mover el café, y nos guardamos juntos en las noches y embonamos como sólo saben embonar las cosas pares.










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Ana Valderrama

LUDERE SUO CORIO



Apostó la piel. No la sangre. La perdió. Se la quedó puesta. Había leído el Mercader de Venecia.












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ANTES DE LOS DIOSES PATRIARCALES, APULEYO DIJO:



“Aquí me tienes Lucio; tus ruegos me han conmovido. Soy la madre de la inmensa naturaleza, la dueña de todos los elementos, el tronco que da origen a las generaciones, la suprema divinidad, la reina de los Manes, la primera entre los habitantes del cielo, la encarnación única de dioses y diosas; las luminosas bóvedas del cielo, los saludables vientos del mar, los silencios desolados de los infiernos, todo está a merced de mi voluntad; soy la divinidad única a quien venera el mundo entero bajo múltiples formas, variados ritos, y los más diversos nombres. Los frigios, primeros habitantes del orbe, me llaman diosa de Pessinonte y madre de los dioses, soy Minerva Cecropia para los atenienses autóctonos; Venus Pafia para los isleños de Chipre; Diana Dictymna para los saeteros de Creta; Proserpina Estigia para los sicilianos trilingües; Ceres Actea para la antigua Eleusis; para unos soy Juno, para otros Bellona, para los de más allá Rhamnusia; y los del mundo aun no descubierto me llaman Siuateteo, Cohuatlicue, Talokan Nana y Tonantsin; los pueblos del sol naciente y los que reciben sus últimos rayos del poniente, las dos Etiopias y los egipcios poderosos por su antigua sabiduría, me honran con un culto propio y me conocen por mi verdadero nombre: soy la reina Isis”








Colibrí de Caranalio

FELICIDAD



Me hubiera gustado tener un abuelo que me dijera palabras hilvanadas de esta forma: "Felicidad no es conseguir lo que deseas, sino desear lo habido".
























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EK DO TIN CHAR



Tei quedina, tiki taka, tátom, tá gadigene dá, repetía la bailarina de odissi. Sus pies pintados de rojo, raíces. El sari azul empapado, calor en el templo. El bindi dorado aún muy bien puesto en la frente brillante. Los cascabeles plata en los tobillos parecían responderle a modo de lluvia verde: tei quedina, tiki taka, tátom, tá gadigene dá. Repatía la bailarina en Odessa, cuando baila está casada con su dios devorador de mantequilla y amante de la flauta. Uno, dos, tres cuatro, ek do, tin, char. Ella lo venera con todo su cuerpo. Danza, y ama el silencio que rompe y su cansancio que no la cansa. Cuenta sus pasos, canta la oración, esta noche de bodas quiere entregarse hasta el desmayo.














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Ana Valderrama

ANTISALOMÓN



No hay nada bajo el sol.














Eva Mondragón
Ana Valderrama

MSMS ENTRE AVI Y EL TUGA EN IDEAL NOL



Avi: Kd ygo?


El tuga: Ygdo td


Avi: Ydo


El tuga: Spro!


Avi: Dn so?


El tuga: Tno uv do, Kl dik?


Avi: Y is noz T


El tuga: Tvim


Avi:Spro m


El tuga: a mn?


Avi: Do mn


El tuga: Az. Z


Avi: Mcu























Eva Mondragón
Ana Valderrama

A ESTAS ALTURAS DE LA VIDA



Más o menos calculas que debes de llevar cien escalones. No, te faltan diez. Si caes en la casilla 96, serpiente hasta la 69, y allí uno se lleva mucho tiempo en dejar de jugar.








Eva Mondragón

GUIÓN PARA LA NUEVA DE PACINO Y NIRO



Un tipo muere, otro es falsamente acusado y al final se descubre que el asesino es alguien totalmente "inesperado".
















Eva Mondragón
Ana Valderrama

SINDROME TRIPI


Hace quince años mi mejor amigo me jugó una broma. Me preparó un coctel con todos los alucinógenos de entonces. Mi cerebro quedó dañado y desde entonces no dejo de alucinar un segundo. Ya me acostumbre. Y aunque ahora mismo el teclado cambia de color y sus letras bailan tap, y un coro de chaneques sentados en mi hombro me cantan al oído, y me percibo con cuantro brazos, siento un terrible aburrimiento. Cuando voy a fiestas me tomo un neuroléptico y un ansiolítico que hacen desaparecer mi viaje y me río al borde de la orina al ver todas las cosas normales, sin colorines, ni formas, ni sonidos extras...








Eva Mondragón
Ana Valderrama

INICIÁTICO



Recuerdo con cariño el verano de 1981. Apenas si alcanzaba a lavarme las manos en el fregadero. Fue el año en el que el H. Ayuntamiento demolió la hacienda de los Cházaro, estorbaba para la edificación de la nueva plaza. En los siguientes días, mis primos y yo competíamos a ver quién descubría más tesoros entre las ruinas. un maltrecho tablero de ajedrez, un despedazado tomo de la biblia, una foto color sepia cubierta de polvillo, un reloj de pared casi intacto. Pero el descubrimiento con el que pasamos horas de juego y diversión, el responsable de que guarde con cariño 1981, lo encontré yo, bajo unos pesados escombros: un vestido rosa ensangrentado, todavía con la joven Cházaro dentro.














Eva Mondragón
Ana Valderrama

LAS REGLAS DEL JUEGO



Esto que viene aquí es un tablero de serpiente y escalera en estricto orden cronológico. excepto esta casilla que es la última que prescribo y la primera que lees. Es un juego, ya verás, pero también es un botiquín de primeros auxilios, con las cápsulas necesarias para aprender a subir y a bajar por las palabras, las formas y los sentidos, y como toda medidina se receta un horario, dos después de cada comida, o una cada tres horas. No dejes el tratamiento a la mitad. Cada dosis contiene una fuerte concetración de significado y por eso, por más que sean jueguitos cortos, es muy agotador avanzar una casilla tras otra. Porque cada una requiere cierto tiempo para apropiársela, al menos unos segundos para disfrutar del efecto, deja una especie de saborcillo que necesita degustarse, darle aire, como las hierbas finas en los platillos gourmet antes del sorbo de vino. Pues como dice la sueñera: son como los bombones, si uno como una caja se empacha.





Eva mondragón

14/10/09

GERUNDIO



Habiéndole mirado, diciendo pormenores y estando acariciando al gato, apareciose súbitamente el gerundio obstinando en su cabeza. No había cómos que responder, mas soportando el silencio, presenciando todo, estuvo sosteniéndole la mirada al minino, el cual, maullando, saltó de sus piernas. Susurrando se quedó solo, bebiéndole a la botella, recorriéndola todita, maldiciéndosela toda. Habiéndola tenido ya no le cobraría las malas andadas por las malas. Olvidándosele la vida, estando en la mecedora, envenenándose, súbitamente desapareció el gerundio.












Eva Mondragón
Ana Valderrama

L CUENTO L



Algo le sucede a alguien en algún lugar.






Eva Mondragón
Ana Valderrama

DUDA



“...cuando alguien les dé un golpe en una mejilla, ofrezcan la otra...”

¿Y cuándo el golpe sea en el corazón?
































Isauro Chávez

DECLARACIÓN DESDE UN LUGAR DEL SURESTE DEL CORAZÓN:



...te quiero.















Isauro Chávez

...ESOS OJOS,

habían estado muy cerca de los suyos
mirándolo.
...esos labios
habían rosado su mentón y sus mejillas
recién afeitadas
...ese cuerpo delgado
de piel de niña
había dejado su calor varias veces sobre el suyo,
en esas tardes de lluvia sentada en sus rodillas.
¡Cuántos sueños! ¡cuántos recuerdos!
Que se diluían con el crujir del microbús
sobre el empedrado
y ese letrero detestable.
“Niños mayores de tres años pagan pasaje,
aún sentados en las rodillas”
¿Y las niñas?










Isauro Chávez

URÓBOROS INSOLUTO



Lástima. Qué cosas deshaces. Tus decisiones son bárbaras, eso de haber crecido en un orfanato te ha llevado a creer que todo mundo está solo. A veces en el bosque hay hayas, las hayas visto o no, y si no las hallas a simple vista, es hora de adentrarse a través de sus senderos, sinuosos o rectos. Haz de esto abono, que del cemento no crecen árboles. Asimismo, no seas un vándalo rebelde, estos no llegan lejos. Y si confías en tu sino sabrás robarle al azar la dosis exacta de buenaventura. Ya no buscarás porqués, porque habrás comprendido, aunque se lastima el alma, que has venido sólo a jugarte la epidermis. Enhorabuena alguien me confesó estas palabras y supe hacer de mí y mi arrebato un ave que coordina el vuelo. Sé tú. Jamás un Ícaro, sin embargo, soslaya el onanismo lo más que puedas, que la vida es para gozarla sin reventar la riata. Sí, solo estás en la cuerda floja y sus menesteres, es el arte del equilibrista, mas el acto es único, solemne, y aquí estoy, del otro lado del espejo, muy dispuesta a aplaudirte, quitarme el sombrero y a quitarte la red.












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Ana Valderrama

13/10/09

EDYANI Y LAS COSAS QUE AMA



Es su casa victoriana y lo que guarda. La cocina limpia y las muchas especias para cocinar. La sala oval con los libreros hasta el techo y el sillón rojo de terciopelo. Su habitación mínima con tremendo ventanal en el segundo piso junto al baño amplio con tina. Las angostas escaleras al tapanco, donde guarda las reliquias de cada viaje y cacería y donde también se vislumbran los recintos orientales con paredes de papel. Y el sótano secreto, donde están los arcanos libros y el laboratorio. Pero no son las cosas, sino sus habitantes. Irina, que traslúcida y etérea limpia todo, Mar, que cuando viene la luna llena deja de cortar leña y le pide permiso para alejarse, Jotaru, que por sus vendas pasa por leprosa y Omit, ese pequeño golem de hueso que es su más reciente adquisición y ha dado un toque alegre a la casa.












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Ana Valderrama

FILOSOFÍA CANADIENSE



Acaso no lo había visto. Sí, en la bandera de Japón, hasta su leyenda lo dice: el Sol Naciente (y si están en guerra, le salen rayos de furia). Pero la hoja roja de maple es más sutil. Allí está el otoño, allí está la muerte. Como diciendo allí viene el invierno y lo cubrirá todo con mortaja blanca. Pero también susurra algo del ciclo perpetuo de la renovación, no está el verde, pero habla de él. Al final acaba cantando algo sobre la sangre y la paz.












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INUIT


Nánuk sabe de hielos y blancos. Sabe de fríos y huellas. Lo que no sabe de osos lo va a aprender hoy cuando se separe del trineo.





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Ana Valderrama

ELECCIÓN VOLUNTARIA



La tierra padece de una enfermedad que nadie puede comprobar, sin embargo, yo sé bien que está cansada. Se parte adolorida de tantos pies sobre de ella. Deberíamos volar para no lastimarla más. Construirnos un camino en el aire, ligero y suave que nos lleve al destino sin tocar pedazo alguno de su espalda bronceada, quemada y calva, sin atmósfera ni cabello. Y forjar las casas sostenidas por el mar y lanzar nuestro eco a gran distancia para no tener que acortar el espacio transitando en su dorso. Y así quizá, pueda levantarse algún día buscando sus pedazos sobre el universo.










Fabiola Itzel Cabrera

APUNTE CONCAKAFKIANO


Anoche, mientras dormitaba viendo el noticiero de Televisa Deportes, alguno de esos brillantes analistas (creo que fue Arturo Brizio), al glosar el contundente triunfo de México frente a Costa Rica (potencia futbolera donde las haya, supongo) se refirió a lo difícil que se han vuelto los rivales "concacafquianos" para nuestra selección. Este tipo de comentaristas (Ricardo Peláez, El Perro Bermúdez, et. al.) se la pasan cometiendo dislates verbales al por mayor, pero en esta ocasión debo reconocer que la definición le queda "que ni mandado a hacer" al fútbol de estas tierras. Así mero, como lo oyen, este fútbol es, coincido, "concakafkiano". O cuasibeckettiano pues, pa' pronto.
PS. Dios salve a Giovanni y nos guarde de Belinda.



Danner González-Bravo