14/10/09

URÓBOROS INSOLUTO



Lástima. Qué cosas deshaces. Tus decisiones son bárbaras, eso de haber crecido en un orfanato te ha llevado a creer que todo mundo está solo. A veces en el bosque hay hayas, las hayas visto o no, y si no las hallas a simple vista, es hora de adentrarse a través de sus senderos, sinuosos o rectos. Haz de esto abono, que del cemento no crecen árboles. Asimismo, no seas un vándalo rebelde, estos no llegan lejos. Y si confías en tu sino sabrás robarle al azar la dosis exacta de buenaventura. Ya no buscarás porqués, porque habrás comprendido, aunque se lastima el alma, que has venido sólo a jugarte la epidermis. Enhorabuena alguien me confesó estas palabras y supe hacer de mí y mi arrebato un ave que coordina el vuelo. Sé tú. Jamás un Ícaro, sin embargo, soslaya el onanismo lo más que puedas, que la vida es para gozarla sin reventar la riata. Sí, solo estás en la cuerda floja y sus menesteres, es el arte del equilibrista, mas el acto es único, solemne, y aquí estoy, del otro lado del espejo, muy dispuesta a aplaudirte, quitarme el sombrero y a quitarte la red.












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Ana Valderrama

1 comentarios:

Cien Palabras dijo...

A la generación 2009 del posgrado del Inecol, para no olvidar la diferencia entre lástima y lastima.

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