30/11/09

SUS ZAPATOS



Tímido pero conciso y directo, no bajó las manos de su pecho, las que resguardaban un libro, meticulosamente protegido por el plástico transparente, por si llueve, por si acaso…
“Tenemos que cuidarnos, preservarnos” gritaba su sweater azul de Kashmir, atemporal como el resto de su vestimenta, de su figura, de su barba. Supe que es maestro por el saludo, más su voz -igual de guardada que su alma tras el libro y las manos en el pecho- la oí sin escucharla.
Tímido sí, pero ileso por esta irrupción a la platica de tres; sólo interesado en el sábado 28 y en él, en su resguardo, en su salvedad, en sí mismo, se esfumó, nunca mire sus zapatos.









Colibrí de Caranalio

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