21/4/09

PRUEBA RORSCHACH


Al principio sólo veía manchas. Y un lejano eco a comercial de detergente. Claro que bajo la insistencia de ver más, vio huesos. Con pena aceptó que los de la cadera, y los buscó en un diccionario: Ilio, Pubis e Isquio, para no pasar por ignorante ante el doctor. Luego, un tanto harta de tanta presión en la siguiente sesión dijo que mariposas abiertas. No supo como llegó su interlocutor a la conclusión de que tenía un problema con abrir las piernas y algo sobre su padre en la infancia. El colmo fue cuando quiso que viera más, más allá de las manchas. Ella dijo: más allá, veo papel y tinta, y de un manotazo logró que sus mariposas abiertas volaran por toda la habitación. Abrió la ventana y las dejó ir, y se quedó con todas las ganas del mundo de irse con ellas.






Eva Mondragón

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