20/7/09

LA CONSAGRACIÓN DE LA ANTIGÜEDAD


La anciana condesa Martina, venida a menos, sueña con una hamaca dentro de su biblioteca desde hace años. Pero una inmensa, hecha para perderse en ella, para sentirse en una inmensa red. Tan grande que ella se sienta niña, una pequeña, y pez, como beta. Ya sabe de qué pared a qué pared hará los hoyos. Lo que no sabe es que el día que los haga y empiece a mecerse y a perderse en los pliegues, las paredes se vencerán y será sepultada por cientos de libros. Y que sus indiferentes familiares serán los que disfruten los lingotes emparedados hace siglos por el pirata fundador de la dinastía.





Eva Mondragón

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