28/5/09

LA CONDENA


Lázaro no morirá sobre la tierra. Pero ha muerto, definitivamente, para el cielo.
Carlos Fuentes –La región más transparente-



Hasta entre los hijos de puta hay clases. Y más vale conocer el carácter de cada una y saber distinguirlas: tienen sus códigos de honor, sus ritos, sus lenguajes… no hay nada más mal visto que los tránsfugas, y hasta esos, los golondrinos, apelan a ciertos argumentos. Lázaro nació sin esa gracia. Sin esa o cualquier otra. Y si es que alguna tuvo la perdió al volver de su primera muerte. Se quedó sin casta y el infierno le cerró las puertas. Estaba quietecito en el fondo de la fosa, cómodo en la mortaja, cuando se oyó nombrar desde fuera y, como fue más fuerte su deseo de saber a quién podía ofrecer camorra que el deber de permanencia en el olvido, resucitó y así hizo su leyenda.





Maliyel Beverido

1 comentarios:

Anónimo dijo...

He releído este relato y como que creció. A veces los textos breves son como cásulas de vitaminas que se potencian con el tiempo. Te dan más si los dejas reposar y rato.
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