19/5/09

MARINA SOBRE LIENZO


La mulata dibujó en el muro un barco que la arrancó del cautiverio, Cristóbal su carcelero vociferó la alarma de fuga, persiguieron al dibujo movedizo en el corto trecho de una esquina. Las manos palparon sólo piedra y la vista alcanzó la oscuridad de la pérdida.
Ha burlado la guardia, dijeron iracundos los perseguidores.
Pero Cristóbal siguió fiel a su oficio en tenaz cacería, aprendió algo más que la rústica manera de rastrear prófugos de menores talentos; se instruyó clandestinamente en artes hechiceras, pagó conjuros de palabras desconocidas, y de paso, aprendió a trazar en líneas breves lo necesario para emprender el viaje por las olas de tiza al mundo de la fugada.
El horizonte es una línea que nunca crece.
Y la mulata contempla sobre su cama, el cuadro de Cristóbal que navega por siempre.





Iván Flores

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho éste. Buenas la intertextualidad, y cómo se lleva un paso más esa metafísica que se materializa hasta condenar (que antes salvaba) al personaje. [Aldebarán Toledo]

Anónimo dijo...

es un excelente texto...