8/5/09

EL SUICIDA CONTRARIADO 3


[Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertar le. San Juan 11:11]
La Biblia da cuenta de una enfermedad que mató a Lázaro, y de la taumaturgia operada por Jesús cuatro días después frente al sepulcro. Nada nos dicen las escrituras de la naturaleza de esta afección, y en cambio son pródigas en la apoteosis del milagro. A partir de esa arbitrariedad he compuesto esta pequeña historia:


Jesús clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven afuera!
Y el que había muerto salió.





Aldebarán Toledo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vanidad aparte, este cuentito me gustó mucho porque pude haber dejado el título y escribir como cuerpo del texto únicamente la palabra "Lázaro"; el sentido no se hubiera perdido y hubiera salido un cuento de veras microscópico. Menos radical, menos creativo, no quise verme tan perezoso.[Aldebarán Toledo]

Anónimo dijo...

La vanidad no quedó aparte: quedó absolutamente manifiesta.

Anónimo dijo...

Desde luego. Hacerla aparte quiere decir que reconozco que está ahí pero que no es lo central del comentario. En fin, desde que todo es vanidad (este blog, mi comentario, tu comentario, mi réplica...) mejor optar por la sabiduría de las piedras y quedarnos calladitos; ¿no? Muy fértil actitud. [Aldebarán Toledo]

Anónimo dijo...

Yo voto por la fertilidad. Vanidad aparto, reparto y parto, que soy venusina, libra, gallo, cuervo y enlazadora de mundos. Dicen. Y abogo por la letras y por eso que es como los garabatos en Altamira. /\\/