30/9/09

ELLOS


Esta era una pareja agenobiótica muy agraciada. El marido tenía la tan bendita maldición de padecer blastogagnia, con cotizadas señoritas de entre los 15 y 25 años. Ella, una fumadora en la juventud, seguía menguando su insufrible vicio, por lo que calló en el padecimiento de la capnolagnia. Cuando querían amarse no podían evitar regalarse una ducha romana uno al otro y después de más intentos era peor porque caían en erotofonofilia, uno con el de la casa y otro por su línea personal, así que se conformaban con consolar a los escuchas sólo por cables, padeciendo una enditofilia eterna.





Sagrario Callejas

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