11/9/08

CAFETERÍA


Pido un café americano
en el modesto local de siempre.
Quien me acompaña habla.
El mesero deja la taza en la mesa.
Miro en el líquido un reflejo
soplo
el aroma es encantador
como un libro infinito de Borges
bailan inquietas luces en la oscuridad
nadan
errantes
fragmentos de sol
en la sustancia
soplo
Morandi pintaba bodegones
sí pero también algo más
soplo
juego a dividir en dos remolinos
la lánguida espuma
Moisés no pisó la tierra prometida
no pero quizá algo más
soplo
caen el polvo y el tiempo
acumulándose
flotando
en la superficie
soplo
la mañana entera y buena
tiembla
y el olor es agradable
El mesero deja el plato en la mesa.
“Y, pues, no sé…”, dice
quien me acompaña.
Los automóviles se han detenido
por el rojo del semáforo.

Aldebarán Toledo

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