10/9/08

DESEO


– ¿Por qué tiene que ser así siempre?- con voz dulce contempla un pequeño estanque Sandra. Sentada ve su reflejo, suspira. La luna entre nubes, roja como un sol nocturno se mezcla con su imagen.
- Me tienes harto, no sabes lo que daría para que esto cambiara- dice él con rabia.
-¡Ya, no me digas más cosas!; si vienes a repetirme lo mismo, vete- su reflejo la entretiene.
Él se levanta –le vendería…No, le daría mi alma al Diablo para cambiar todo-.
Sube al techo. Abajo, Sandra sentada. -¿Qué hago para que ya estés bien?-
Él siente a Sandra venir, la mira al tiempo que ella lo besa con pasión. Casi se pierde en el beso, un chapoteo se oye a sus espaldas. Cuando voltea, ve a Sandra abajo tirando piedras al estanque. Su rostro se paraliza, aun alcanza a escuchar la voz dulce -¿Me llamaste?-.












Aarón I. Campos

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