15/9/08

TEXTÍCULO DEL BANDIDO HUMANITARIO


Érase una vez un ladrón tan decente que el día en que aquella familia de la calle catorce dejó pegada la llave a la puerta, tuvo la atención de sustraerla, hacer un duplicado para la ocasión y devolverla al ojo de la cerradura para no perturbar de más a la señora.



Danner González-Bravo

0 comentarios: