11/9/08

EL SEGUNDO PASAJERO


Dije antes que viajar en un pesero permite enfrentar – y vencer, al menos en apariencia – la impersonalidad de la calle por medio de la observación; esto no quiere decir en absoluto que proteja contras la soledad, o la desolación. Están allí, y el acto de observarlas atentamente hace que uno participe activamente de ellas, si bien con un espíritu más vivo, más cercano por el simple hecho de prestar atención. Si no hubiera este espíritu, simplemente pasaríamos en medio de la neblina sin ser afectados. Y en el preciso momento de escribir estas líneas se me ocurre que el dolor no es otra cosa que esto: La vida y la atención, enfrentadas a la infinita masa sin sentido.



J. C. Álvarez

0 comentarios: