29/1/09

DESPUÉS DE LA TIERRA


Es la cuna de los vivos
y el mundo se une por él.
El sol duerme en litorales,
reflejando mil escamas.
Las barcazas se deslizan
encima del éter marino,
lanzan sus viles flagelos
hasta la sima del lecho.
Engañando a los acuáticos,
los llaman hacia la luz.
Los peces se hayan inquietos,
la sorpresa los abruma
y los hombres los abrasan.
La ruidosa costa espera
a los húmedos viajeros,
los embriagará con céfiros,
plazas, gritos y el graznar.
Cuando los arcones se abren
Las naves crean los vínculos
entre sogas y maderos;
los puestos rompen el sueño:
para mercar sus limosnas.






Fernando Zavaleta Bustos

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