En otrora época de ceniza, como que fugaba mi pletórica labor siendo una cazamidades. Solloraba noches, murmaullaba días. Sucédeme ahora lo contrario. La caléndula crepúsculada de senticiertos vocingleros y ojos epifánicos que baila y doblega diablomonios soy yo. Mi destino es no ser palabra, ni ser sonido, na ser manzana. Vociferar inteligible ecos y barrocos sueños es más mi copiosa artesanidad. Locurando desamientos, desverbando pensaciertos, casi laberinto mordiente para los mojapañales y bebecebadas. Fatídica, angelhada, durmicierta que baila valsedades con las umbras alboreando pandemonios nada taciturnos, algunos me definen abarrotadamente. Digamos pues, que enhorabuena pláceme asemejarme a la terciana destempla templos, maderas y espejos.
Eva Mondragón
Eva Mondragón
2 comentarios:
arriba la mota
si sabes lo que dijiste verdad? pinches viejas nomas sirven pa cojer
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