Ha tenido que ingerir antibióticos, analgésicos, antiinflamatorios y tranquilizantes, y nada mitiga las dolencias. Por eso fue a parar contra la pared de emergencias, a ver a que hora lo llaman. El lugar le es más que desagradable, pero está fuera de su ciudad y no hay mejor lugar que éste para no generar registro alguno de su presencia. Hay un niño moquiento que no deja de berrear en brazos de su madre. Ella no parece hacer nada, tal vez sea la enferma. Se acerca y el olor de ambos es acre. Toma pequeño, uno para ti, y si quieres, uno para tu madre. Ella apenas reacciona. Cuando sale de la consulta, nota que nadie se percata de las dos figuras que parecen dormir placidamente.
Eva Mondragón
3 comentarios:
¿Eres amiga de la persona encargada de subir los relatos?, de lo contrario no encuentro una razón lógica por la que sigan subiendo estos intentos infructivos de cuento corto, creo que con todo respeto tus relatos se han convertido en un no decir bastante decepcionante y frustrante, incontables son las carencias de contenido, no se hable de las carencias linguisticas e imaginativas. soy un aficionado a los cuentos cortos y si me lo permites te diré que le has dado interminables vueltas a un tema que no has sabido manejar, todas tus secuencias sobre Herodes son excretablemente simples y redundantes, humildemente pienso que deberias trabajar con tu imaginacion y buscar dentro de tus limitantes algo mejor que contar. yo creo que Ana puede echarte la mano pidele ayuda, recuerda que la vanidad es el peor pecado de los aficionados a la literatura. trabaja con tu estilo y espero pronto leer algo mejor de tu parte.
No soy amiga de la persona que se encarga de subir los relatos. Me tiene sin cuidado que opines que no he sabido manejar el tema. Gracias por la sugerencia de trabajar con mi imaginación y de buscar dentro de mis límites, supongo que por algo escribo, no te preocupes. No creo que la vanidad tenga que ver conmigo, y menos en este caso, no soy yo quien retoma inventos lingüísticos y literarios de afamado escritor argentino para sostenerme en la exagerada brevedad de relatos sin mucha sal y con referencias que rayan en el simplonazo político que en 5 o 6 años carecerán de vigencia alguna, ni tampoco soy yo quien deja comentarios hirientes, poco críticos y que se quedan en la mega interpretación subjetiva de las preferencias sexuales del escritor o de la utilidad de las mujeres. Yo te sugiero que cambies tu forma de acercarte, no a la literatura, a ésta que se hace aquí, ni a esa con ele mayúscula, sino a las personas que comparten contigo el interés de escribir. Tal vez tu intención es lúdica y juegas con el estambre que te encuentras y notas muy callado este lugar, y nunca has soportado, y por ende, disfrutado, el silencio. Sea lo que sea, la mejor forma de aportar algo es no sólo comentando por comentar. Así como humildemente me diste tu opinión, yo te digo que escribas textos breves que dejen de llamarse textículos, nada más para probar que sale. Sin más, aprecio tu interés en que sea mejor, vamos a decir diplomáticamente que es bastante extraño que un extraño desee que crezcas para bien. Sin más, en el camino andamos. Eva.
sé que no hace falta que te lo diga, se nota que eres bastante inteligente como para hacer caso de criticas tan poco fundamentadas y ridiculas. Esta persona solo ha exhibido incansablemente su falta de educación, de respeto y de cariño por el único lazo que nos une a los desconocidos "el amor y la pasión por nuestros gustos comunes", yo tambien colaboré con este blog, por desgracia he estado muy ocupado y cada vez tengo menos tiempo para hacer lo que me gusta. Tú tienes un estilo propio y es encantador que lo sostengas y lo cultives, es muy agradable leer tus relatos , ojalá que estas tonterias no te hayan hecho pasar un mal rato. Un saludo cariñoso y con la venia de dios nos conoceremos pronto.
Publicar un comentario