4/11/08

RINOCERONTE ABSURDO


El lápiz si trazaba líneas, hacía barrotes. Ese fue el primer descubrimiento. Si trazaba una puerta en callejones cerrados, rápidamente obtenía una ruta de escape. Luego fue a clases de dibujo arquitectónico. Y trazó una casita, que por supuesto habitó. Era uno de los mejores alumnos del taller de figura humana, pero hasta no ser excelente no usaría el lápiz. Un día en el que, de tanto intento de perfeccionamiento, desesperó, hizo un garabateo furioso en el papel. Sobre él, saltó un deforme rinoceronte abriéndose camino en su típica envestida, ya que es animal necio que, donde no hay camino, lo hace. Claro que cuando determinó la policía de qué había muerto, nadie daba cabida a la idea de un monstruo cornudo de cuatro patas, por allí ni zoológicos ni circos. Un veterano dijo que murió de amor, por los muchos intentos a carbón que encontraron de dibujar una figura femenina que nadie pudo identificar.




/\\/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

esto es una copia de un cuento muy leido. Que nuestras influencias no sean tan fuertes como para transfigurarnos en ladrones de historias. Hay que tener cuidado!!! mas creatividad por favor

Anónimo dijo...

Creo ke todo iba bien hasta que sale lo de "murió de amor", ese recurso ya fue muuuuy sacado de la manga e innecesario.