Olvidar tu nombre para después nombrarte sin culpas. Nombrarte a intervalos, deletreando, parafraseando, fantaseando. Nombrarte a las cinco y después a las seis; nombrarte a oscuras, en silencio, sentado, de espaldas, comprometido. Nombrarte cansado, ansioso, distraído, con los ojos cerrados, espontáneamente. Nombrarte prescindiendo de causa y efecto. Nombrarte como estornudar. Nombrarte al azar, enternecido, improvisando, sin gracia, de memoria. Nombrarte de nuevo a las siete para poder nombrarte cuerdo a las diez. Decir simplemente “Andrea” -por omitir otro nombramiento idílico o “idálico”- y dejar de hacerle al pendejo.
Gabriel Gutiérrez-Ferri
2 comentarios:
seguro tus mas grandes influencias son la vogue, alex kafi, pedrito sola , pepillo origel o el fallecido francis. parece que fuera un relato escrito por ellos . ¡felicidades vas para maricon y chismoso que zumbas!
Tampoco hay ke insultar a esos grandes pensadores en comparacion con este fulano/a o lo ke sea.
Publicar un comentario