23/10/08

LA LEY QUE NO ES LEY QUE DICE QUE TODO VACÍO TIENDE A LLENARSE


A todo mundo le cae bien. Al portero de la oficina, a la secretaria del jefe, a la vecina divorciada, al mesero del café del centro, a esa dependienta departamental triste, a los hijos de sus amigas, al joven que le lava el auto, a su madre que se enorgullece y presume de ella. A todos.
Claro que tanta simpatía requiere de un ritual estricto de acicalamiento, entrenamiento de sonrisas, gestos adecuados y ademanes correctos. No todos los halagos, buenos días y abrazos son iguales, sabe insertarlos con maestría.
A todo mundo le cae bien. A todos, menos a ésta que está del otro lado. Procura no mirarme y me transforma a tal grado que no me reconoce en el reflejo. Ya es rubia ensortijada, delgada cual nardo, nariz respingada, pestaña china y dientes de perla.



Eva Mondragón

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo redactaste muy bn, ni más ni menos, de vdd que logras el efecto exacto. Es muy bueno...saludos