24/10/08

VI UNA CULEBRA


La serpiente se retorcía espasmódicamente tras haber sido cercenada a la mitad. La asesinaron la ignorancia, la ingenuidad y la oscuridad que yace en nuestras almas. Le tememos no por su veneno sino por que ella es, y nada más, porque bajo toda esa costra de sociedad y civismo, desearíamos ser el reptil y sólo ser. Las creemos portadoras de muerte y les pagamos con la misma moneda, viéndolas como demonios, nosotros nos convertimos en tales. En los fríos ojos del reptil y su lengua bífida vemos reflejadas nuestras mentiras, y por eso las odiamos, porque nos odiamos y es más fácil matarlas que vivir con lo que nos muestran.


Alberto González Gallina

1 comentarios:

Anónimo dijo...

este blog es para relatos interesantes. No para pancartas de protesta ecologista, creo que te equivocaste de lugar. TU IDEA ESTA BIEN PERO COMO PARA GREEN PEACE O EL PARTIDO VERDE NO AQUI HERMANO.