8/12/08

DE LAS COSAS DIVORCIADAS Y DE LOS CALCETINES SIN PAR



Estaba difícil encontrarse una historia de amor en el departamento. Acababa de mudarse, muchas cajas de cartón y fundas de almohada llenas hasta el tope. Sacaba los ceniceros y nada, las tazas y los cuchillos y nada. Los discos eran una buena opción y hasta les encontró un orden mas nada. Los calcetines de hecho, contaban trágicas pérdidas dispares y entre los zapatos, ya cada cual con su par, no hubo frutos. Los trapos de cocina y las jergas no dieron señales y mucho menos el refrí o el contestador inútil. No había nada en ese nuevo espacio. Tal vez en el teléfono, pero sólo estaba el cable, no se trajo el aparato, lo cambió por la lámpara de lava. Allí se dio cuenta de que quedarse con los libreros no es traerse la biblioteca.



Eva Mondragón

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