15/12/08

EL MÚSICO DE BARES


Me acuerdo cuando mi primo, el músico de bares en Cancún, me hizo una pulserita de piel color negro, muy bonita. En esa época yo iba a la primaria y era la envidia de mis compañeros, nada más por ser una pulsera poco común.

Han pasado muchos años, y siempre es lo mismo. Corres, corres y corres al mismo precio.

Lo trato de comprender: qué endebles somos ante el destino, hasta ahora me pongo a pensar en mi primo, transcurrió tiempo sin saber de él, sin que nadie se preocupara si estaba bien o mal, o si sólo estaba.

Hoy nos anunciaron su muerte. Murió solo, en su casa por la que trabajó noche tras noche. Le dio un infarto, y lo hallaron cinco días después. Cinco días en los que nadie llamó, en los que nadie se preguntó por él, años sin que le importara a la familia... ¿y la pulserita? Se acabó con el abandono.








Sagrario Callejas

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