15/12/08

RIADAS DE UNA DE LAS SOR DEL BOSQUE


Hécate salió a lavar sus sábanas al río. Medea le pidió llenar el cántaro con agua del manantial. Circe se ofreció para acompañarla hasta la ladera. Cuesta abajo una piedra hizo de las suyas y la joven fue rodando, enredándose entre sus sábanas y rompiendo el cántaro. Furiosa por el tropiezo, destendió el río por completo como se tiende una sábana, haciendo del valle un tranquilo lago. Nada de laderas empedradas. Ahora, más cerca les quedaría a ella y a sus hermanas el agua. Claro que con el enojo, no notó todas las casitas y sembradíos que inundó.




Eva Mondragón

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