20/3/09

LOS MUERTOS (V)


De niña, no entendía la agenda telefónica de la abuela. Junto a muchos nombres, dibujaba una cruz. ¿Abuelita, y qué significa? Significa que se han ido, que ya no están. La abuela, dentro de su carácter castellano, tenía la delicadeza de trazar una cruz. No borraba ni tachaba nombres, todos subsistían en aquella agenda mausoleo. Mi abuela, mi amor, luchó lo indecible, se dejó las manos aferrándose a los barrotes de la cama del hospital, porque no quería morirse. Pero cayó. Cuando rebusqué entre sus cosas, encontré su agenda. No supe si poner una cruz en la portada, si llorar, si dormir con ella bajo la almohada o si guardarla. La guardé. Han pasado catorce años. Ya, con tanta mudanza, no sé dónde la guardo. Me siento mal, pero la abuela sabrá entenderme. Supo de mi desorden. Y se reía.









Milena

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermosa anécdota sobre abuelas, siempre nos vuelven a la nostalgia pero con risas

Anónimo dijo...

No importa si es ficticia o autobiográfica, la historia es verosímil, conmovedora sin ser lacrimosa, y bien contada.
mb