31/3/09

EL SOBREVIVIENTE



El viento y el mar han convertido el sosiego en tormenta, los colmillos de agua atrapan en fauces saladas a un barco vetusto, que sin miramientos es llevado al fondo abisal.
En tierra cercana emergen los fantasmas del naufragio, que sin perder tiempo inician sus tareas interminables tal como hacían de marineros, cuerdas invisibles y velas arriadas más tenues que el aire son puestas a barlovento, pretenden con ello seguir el curso a destinos que no existen.
Entre los espectros hay uno que atiende el descubrimiento de un soplo que entra y sale de sus pulmones de carne, entiende que la vida no le abandonó, pero ¿qué clase de camarada sería si desertara por el pretexto de seguir vivo?, así continuó entonces, a veces de día a veces de noche, llevando, trayendo, torciendo cuerdas con nudos imposibles, limpiando cubierta, y en ocasiones, llevando el timón de la etérea nave entre sus manos.
Cuando navega con los fantasmas, los otros internos del hospital le reconocen al verle: como el único sobreviviente del naufragio.










Iván Flores

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades Iván este cuento se suma a otros tuyos que me han gustado mucho, enhorabuena

Cien Palabras dijo...

bueno bueno bueno