23/2/09

A + B = C



Corrió C despavorido al encontrarse con su espejo. Había rotó varios durante su vida. Anduvo sin dirección por las calles, no sólo estaba perdido en la ciudad sino en su interior. Regresó a su imagen: A, estaba en silencio recargado en el marco. Se miraban con indiferencia desde el inicio hasta el final de su figura. Se dijo C que era imposible compartir una vida con A, pues éste tenía cansado el corazón y bebía litros de vino; estaba resuelto a fallecer inconsciente. Quería morir y C no lo soportaba. De entre la penumbra apareció la silueta de B, al lado de A con la botella rota, sonriente y las zapatillas desgastadas. Bailarín por excelencia, virtuoso, sincero, pero unido a A. ¿Lo estaba realmente? entonces, si B amaba la vida era hipocresía. ¿La lealtad de A por la muerte era quebrantable? presentarse B, pero tener corazón A… Reconocerse C así lo despedazó; no podía correr, cualquier otro reflejo sería el mismo: retrato fragmentado. A y B representaban dos estilos de vida que tienen que adecuarse en uno sólo: C. No puede soportar una doble vida que se suma al otro lado de la igualdad.








Fabiola Itzel Cabrera

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo duelen los fragmentos, las escisiones, cara y cruz... Y cómo duele C, la mesura forzada, la carta de presentación, el pobre puente... Corregiría alguna pequeña cuestión de estilo: después de la A (SUJETO) una coma no puede separar ese sujeto del verbo. Ah, y evitaría algún que otro epíteto... PERO ES UN EXCELENTE TEXTO. No dejes de escribir, ya que tienes mucho talento.

Anónimo dijo...

Un buen guiño a Paul Auster, pero con más profundidad que Paul Auster. Enhorabuena!!!