26/2/09

AMANECER


Cuando Gastón abrió los ojos esperó encontrar como cada mañana, los rayos del sol filtrando sus dedos luminosos entre el encaje de la cortina. Pero no fue así, más bien resultó que la refulgente presencia del astro se mostraba en sentido inverso, como si naciera del atardecer. A Gastón se le ocurrieron muchas ideas como: que se había quedado dormido hasta tarde, que había un fenómeno astronómico al que no puso atención en las noticias o que simplemente estaba muy cansado y los sueños le perseguían aún en vigilia. Mientras su mente respondía con inseguras afirmaciones, las horas avanzaron sigilosas y la noche empezó a cubrir el cielo, Gastón se asomó por la ventana para reconfortarse con el paisaje urbano que conoce desde hace muchos años, con esa misma gente que crea la rutina vespertina. Pero un resplandor le hizo voltear al cielo en busca de la luna. En su lugar encontró un planeta semejante al suyo.






Iván Flores

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