17/2/09

JUGANDO AL AMOR



El cielo llora diamantes. Se rompen en mil pedazos. Al romperse contra el piso se confunden con los diamantes que brotan de sus ojos grises. Un rayo de sol, entre el viento, los desvanece. Ya no hay diamantes en su rostro, ni en el cielo. Sólo una sonrisa. Entonces, dirige su mirada gris hacia el cielo azul grisáceo. Ahora son uno solo. No hay más diamantes que se rompan en el piso. Sólo diminutos rayos de sol, un rostro sonriente, un atardecer veraniego y una joven de labios rosas, y ojos grises, jugando al amor.








Anónima

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